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12 El SEÑOR vigila y protege a la gente que lo conoce,
    pero destruye a quienes se alejan de él.
13 El perezoso dice: «No puedo ir a trabajar ahora
    porque afuera hay un león y puede matarme».
14 La boca de la adúltera es una trampa muy honda
    y el que caiga en ella se acarreará la ira del SEÑOR.

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