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Artimañas de la mujer ajena

Hijo mío, obedece mis palabras,
y guarda como un tesoro mis mandamientos.
Obedece mis mandamientos y enseñanzas;
cuídalos como las niñas de tus ojos, y vivirás.
Átalos alrededor de tus dedos;
anótalos en la pizarra de tu corazón.
Dile a la sabiduría: «¡Hermana mía!»
Declárate pariente de la inteligencia.
Ellas te protegerán de la mujer ajena,
de esa extraña de melosas palabras.

Un día estaba yo en la ventana de mi casa,
y miraba a través de la celosía.
Observaba yo a los jóvenes incautos,
y me llamó la atención uno de ellos,
claramente falto de entendimiento,
que cruzó la calle, dobló la esquina,
y se dirigió a la casa de esa mujer.
Era tarde, y comenzaba a oscurecer;
las sombras de la noche comenzaban a caer.

10 De pronto, esa mujer salió a su encuentro,
vestida como ramera y con claras intenciones:
11 Era provocativa y desafiante,
de esas que no pueden poner un pie en su casa.
12 Unas veces en la calle, otras veces en las plazas,
y en constante acecho en las esquinas.
13 Se prendió de él, le dio un beso,
y descaradamente le propuso:

14 «Yo había prometido sacrificios de paz,
y hoy he cumplido con mis votos.
15 ¡Por eso he salido a tu encuentro!
¡Ansiaba verte, y he dado contigo!
16 Mi lecho lo he cubierto con finas colchas,
colchas recamadas con hilo egipcio.
17 Mi alcoba la he perfumado
Con mirra, áloes y canela.
18 ¡Ven, embriaguémonos de amores!
¡Gocemos del amor hasta el amanecer!
19 Mi marido no está en casa,
pues salió para hacer un largo viaje.
20 Se llevó la bolsa de dinero,
y no volverá hasta el día señalado.»

21 La mujer lo venció con sus muchas lisonjas;
lo persuadió con sus labios zalameros,
22 y el joven se fue enseguida tras ella,
como el buey que va al degolladero;
como el necio que preso avanza al castigo,
23 hasta que una flecha le parte el corazón;
como el ave que vuela presurosa hacia la red,
sin saber que eso le costará la vida.

24 Hijos, por favor, ¡escúchenme!
¡Presten atención a mis declaraciones!
25 No inclines tu corazón hacia sus caminos;
no pierdas el rumbo por sus atajos.
26 Por su culpa, muchos han caído heridos;
aun los más fuertes han muerto por causa de ella.
27 Su casa va camino al sepulcro,
y desciende a las mansiones de la muerte.

Artimañas de la ramera

Hijo mío, guarda mis palabras,
y atesora mis mandamientos contigo(A).
Guarda mis mandamientos y vivirás(B),
y mi enseñanza[a] como la niña de tus ojos(C).
Atalos a tus dedos(D),
escríbelos en la tabla de tu corazón(E).
Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
y llama a la inteligencia tu mejor amiga,
para que te guarden de la mujer extraña,
de la desconocida[b] que lisonjea[c] con sus palabras.

Porque desde la ventana de mi casa
miraba por la celosía(F),
y vi entre los simples(G),
distinguí entre los muchachos[d]
a un joven falto de juicio[e](H),
pasando por la calle cerca de su[f] esquina(I);
iba[g] camino de su[h] casa(J),
al atardecer, al anochecer[i](K),
en medio[j] de la noche y la oscuridad.
10 Y he aquí, una mujer le sale al encuentro,
vestida como ramera y astuta de corazón(L).
11 Es alborotadora(M) y rebelde,
sus pies no permanecen en casa(N);
12 está ya en las calles, ya en las plazas(O),
y acecha(P) por todas las esquinas.
13 Y lo agarra y lo besa,
y descarada[k](Q) le dice:
14 Tenía que ofrecer ofrendas de paz[l](R),
y hoy he cumplido mis votos(S);
15 por eso he salido a encontrarte,
buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas(T),
con linos de Egipto en colores(U);
17 he rociado mi cama
con mirra, áloes(V) y canela(W).
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,
deleitémonos con caricias.
19 Porque mi[m] marido no está en casa,
se ha ido a un largo viaje;
20 se ha llevado en la mano la bolsa del dinero(X),
volverá a casa para la luna llena.
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,
lo seduce con sus labios lisonjeros[n](Y).
22 Al instante la sigue,
como va el buey al matadero,
o como uno en grillos al castigo de un necio[o],
23 hasta que una flecha le traspasa el hígado;
como el ave que se precipita en la trampa(Z),
y no sabe que esto le costará la vida.

24 Ahora pues, hijos míos, escuchadme,
y prestad atención a las palabras de mi boca(AA).
25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
no te extravíes en sus sendas(AB).
26 Porque muchas son las víctimas[p] derribadas por ella,
y numerosos los que ha matado(AC).
27 Su casa es el camino al Seol,
que desciende a las cámaras de la muerte(AD).

Footnotes

  1. Proverbios 7:2 O, ley
  2. Proverbios 7:5 O, extranjera
  3. Proverbios 7:5 Lit., es suave
  4. Proverbios 7:7 Lit., hijos
  5. Proverbios 7:7 Lit., corazón
  6. Proverbios 7:8 I.e., de ella
  7. Proverbios 7:8 Lit., da pasos
  8. Proverbios 7:8 I.e., de ella
  9. Proverbios 7:9 Lit., al anochecer del día
  10. Proverbios 7:9 Lit., la pupila (del ojo)
  11. Proverbios 7:13 Lit., ella pone cara atrevida y
  12. Proverbios 7:14 Lit., Sacrificios de ofrendas de paz están conmigo
  13. Proverbios 7:19 Lit., el
  14. Proverbios 7:21 Lit., suaves
  15. Proverbios 7:22 Otra posible lectura es: como un ciervo entra en una trampa; así dicen algunas versiones antiguas
  16. Proverbios 7:26 Lit., los asesinados