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Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

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Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

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Todo el día tendí mis manos hacia un pueblo rebelde,(A) un pueblo que va por mal camino y en pos de sus pensamientos;

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¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar con generosidad.

El Señor ha dicho:

«Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.

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22 En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza,(A) la cual está corrompida por los deseos engañosos; 23 renuévense en el espíritu de su mente, 24 y revístanse de la nueva naturaleza,(B) creada en conformidad con Dios(C) en la justicia y santidad de la verdad.

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Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

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Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús,

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16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿O quién podrá instruirlo?(A) Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.

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