20 El Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo los pies de ustedes.

Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.

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20 Muy pronto el Dios de paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.

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20 Y el Dios de paz(A) aplastará pronto a Satanás(B) debajo de vuestros pies.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros(C).

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La caída del ser humano

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que preguntó a la mujer:

—¿Conque Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?

—Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán”.

Pero la serpiente dijo a la mujer:

—¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que cuando coman de ese árbol se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que era atractivo a la vista y era deseable para adquirir sabiduría; así que tomó de su fruto y comió. Luego dio a su esposo, que estaba con ella, y él también comió. En ese momento los ojos de ambos fueron abiertos y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.

Cuando el día comenzó a refrescar, el hombre y la mujer oyeron que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre y dijo:

—¿Dónde estás?

10 El hombre contestó:

—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.

11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?

12 Él respondió:

—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto y yo lo comí.

13 Entonces Dios el Señor preguntó a la mujer:

—¿Qué es lo que has hecho?

—La serpiente me engañó, y comí —contestó ella.

14 Dios el Señor dijo entonces a la serpiente:

«Por causa de lo que has hecho,
    ¡maldita serás entre todos los animales,
    tanto domésticos como salvajes!
Te arrastrarás sobre tu vientre
    y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,
    y entre tu simiente y la de ella;
su simiente te aplastará la cabeza,
    pero tú le herirás el talón».

16 A la mujer dijo:

«Multiplicaré tu sufrimiento en el parto
    y darás a luz a tus hijos con dolor.
Desearás a tu marido,
    y él te dominará».

17 Al hombre dijo:

«Por cuanto hiciste caso a tu esposa
    y comiste del árbol del que te prohibí comer,
    ¡maldito será el suelo por tu culpa!
Con sufrimiento comerás de él
    todos los días de tu vida.
18 La tierra te producirá cardos y espinas,
    y comerás hierbas silvestres.
19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
    hasta que vuelvas a la misma tierra
    de la cual fuiste sacado.
Porque polvo eres
    y al polvo volverás».

20 El hombre llamó Eva[a] a su mujer porque ella sería la madre de todo ser viviente.

21 Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. 22 Y Dios el Señor dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre». 23 Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24 Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines y una espada ardiente que se movía por todos lados para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.

Footnotes

  1. 3:20 En hebreo, Eva significa vida.

Desobediencia del hombre

La serpiente(A) era el animal más astuto de todos los que Dios el Señor había creado. Así que le dijo a la mujer:

«¿Así que Dios les ha dicho a ustedes que no coman de ningún árbol del huerto?»

La mujer le respondió a la serpiente:

«Podemos comer del fruto de los árboles del huerto, pero Dios nos dijo: “No coman del fruto del árbol que está en medio del huerto, ni lo toquen. De lo contrario, morirán.”»

Entonces la serpiente le dijo a la mujer:

«No morirán. Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal.»

La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió. En ese instante se les abrieron los ojos a los dos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entonces tejieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.

El hombre y su mujer oyeron la voz de Dios el Señor, que iba y venía por el huerto, con el viento del día; entonces corrieron a esconderse entre los árboles del huerto, para huir de la presencia de Dios el Señor. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo:

«¿Dónde andas?»

10 Y él respondió:

«Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, pues estoy desnudo. Por eso me escondí.»

11 Dios le dijo:

«¿Y quién te dijo que estás desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que yo te ordené que no comieras?»

12 Y el hombre respondió:

«La mujer que me diste por compañera fue quien me dio del árbol, y yo comí.»

13 Entonces Dios el Señor le dijo a la mujer:

«¿Qué es lo que has hecho?»

Y la mujer dijo:

«La serpiente me engañó,(B) y yo comí.»

14 Dios el Señor dijo entonces a la serpiente:

«Por esto que has hecho, ¡maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo! ¡Te arrastrarás sobre tu vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida! 15 Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.»

16 A la mujer le dijo:

«Aumentaré en gran manera los dolores cuando des a luz tus hijos. Tu deseo te llevará a tu marido,[a] y él te dominará.»

17 Al hombre le dijo:

«Puesto que accediste a lo que te dijo tu mujer, y comiste del árbol de que te ordené que no comieras, maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Te producirá espinos y cardos,(C) y comerás hierbas del campo. 19 Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo volverás.»

20 El nombre que Adán le dio a su mujer fue Eva,[b] porque ella fue la madre de todos los vivientes. 21 Luego Dios el Señor hizo túnicas de pieles para vestir al hombre y a su mujer. 22 Y Dios el Señor dijo:

«Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues conoce el bien y el mal. No vaya a ser que extienda la mano, y tome también del árbol de la vida,(D) y coma, y viva para siempre.»

23 Entonces el Señor lo sacó del huerto de Edén, para que cultivara la tierra, de la cual fue tomado. 24 Echó fuera al hombre, y al oriente del huerto de Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba hacia todos lados, para resguardar el camino del árbol de la vida.

Footnotes

  1. Génesis 3:16 O, tu voluntad será sujeta a tu marido.
  2. Génesis 3:20 En hebreo este nombre se asemeja a la palabra que se usa para viviente.

Desobediencia y caída del hombre

Y la serpiente era más astuta(A) que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis(B)». Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis(C). Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal(D). Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable[a] a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría[b], tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió(E). Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos(F); y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales[c].

Sentencia por el pecado y promesa de redención

Y oyeron al[d] Señor Dios que se paseaba(G) en el huerto al fresco[e] del día; y el hombre y su mujer se escondieron(H) de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás(I)? 10 Y él respondió: Te oí[f] en el huerto, y tuve miedo(J) porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera[g] me dio del árbol, y yo comí(K). 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó(L), y yo comí. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

Por cuanto has hecho esto,
maldita(M) serás[h] más que todos los animales,
y más que todas las bestias del campo;
sobre tu vientre andarás,
y polvo comerás(N)
todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad
entre tú y la mujer(O),
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en[i] la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar(P).

16 A la mujer dijo:

En gran manera multiplicaré
tu dolor en el parto[j],
con dolor darás a luz los hijos(Q);
y con todo, tu deseo será para tu marido,
y él tendrá dominio sobre ti(R).

17 Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él»,

maldita(S) será[k] la tierra por tu causa;
con trabajo[l](T) comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 Espinos y abrojos te producirá,
y comerás de las plantas[m] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra(U),
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres(V),
y al polvo volverás.

20 Y el hombre le puso por nombre Eva[n](W) a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

Castigo por el pecado

22 Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros(X), conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida(Y), y coma y viva para siempre. 23 Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre(Z); y al oriente del huerto del Edén(AA) puso querubines(AB), y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida(AC).

Footnotes

  1. Génesis 3:6 O, un deleite
  2. Génesis 3:6 O, hacer a uno sabio
  3. Génesis 3:7 O, fajas
  4. Génesis 3:8 Lit., la voz del
  5. Génesis 3:8 Lit., aire
  6. Génesis 3:10 Lit., Oí tu voz
  7. Génesis 3:12 O, para que estuviera conmigo
  8. Génesis 3:14 O, eres
  9. Génesis 3:15 O, te aplastará
  10. Génesis 3:16 Lit., y tu embarazo
  11. Génesis 3:17 O, es
  12. Génesis 3:17 O, dolor
  13. Génesis 3:18 Lit., la planta
  14. Génesis 3:20 I.e., viviente, o, vida

Dios hace un pacto con Abram

15 Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión:

«No tengas miedo, Abram.
    Yo soy tu escudo
    y muy grande será tu recompensa».

Pero Abram respondió:

—Mi Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des algo, si aún sigo sin tener hijos y el heredero[a] de mis bienes será Eliezer de Damasco? Como no me has dado ningún hijo, mi herencia la recibirá uno de mis criados.

—Ese hombre no ha de ser tu heredero —contestó el Señor—. Tu heredero será tu propio hijo.

Luego lo llevó afuera y le dijo:

—Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!

Abram creyó al Señor y el Señor se lo reconoció como justicia.

Además, dijo:

—Yo soy el Señor que te hizo salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra.

Pero Abram preguntó:

—Mi Señor y Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?

El Señor respondió:

—Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma.

10 Abram llevó todos estos animales, los partió por la mitad y puso una mitad frente a la otra, pero no partió las aves. 11 Y las aves de rapiña comenzaron a lanzarse sobre los animales muertos, pero Abram las espantaba.

12 Al anochecer, Abram cayó en un profundo sueño y lo envolvió una oscuridad aterradora. 13 El Señor dijo a Abram:

—Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años. 14 Pero yo castigaré a la nación que los esclavizará, y luego tus descendientes saldrán en libertad y con grandes riquezas. 15 Tú, en cambio, te reunirás en paz con tus antepasados y te enterrarán cuando ya seas muy anciano. 16 Cuatro generaciones después, tus descendientes volverán a este lugar, porque antes de eso no habrá llegado al colmo la iniquidad de los amorreos.

17 Cuando el sol se puso y cayó la noche, aparecieron un horno humeante y una antorcha encendida, los cuales pasaban entre los animales descuartizados. 18 En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo:

—A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates. 19 Me refiero a la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Footnotes

  1. 15:2 heredero. Palabra de difícil traducción.

Dios promete a Abrán un hijo

15 Después de estos sucesos, la palabra del Señor vino a Abrán en una visión. Le dijo:

«No temas, Abrán. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande.»

Abrán respondió:

«Mi Señor y Dios, ¿qué puedes darme, si no tengo hijos, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?»

También dijo Abrán:

«Mira que no me has dado descendencia. Mi heredero será un esclavo nacido en mi casa.»

Pero vino a él palabra del Señor, y le dijo:

«Tu heredero no será éste, sino tu propio hijo.»

Entonces lo llevó afuera, y allí le dijo:

«Fíjate ahora en los cielos, y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. ¡Así será tu descendencia!»(A)

Y Abrán creyó al Señor, y eso le fue contado por justicia.(B)

El Señor también le dijo:

«Yo soy el Señor. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra como herencia.»

Y Abrán respondió:

«Señor, mi Señor, ¿y cómo sabré que la he de heredar?»

El Señor le dijo:

«Tráeme una becerra, una cabra y un carnero, todos de tres años. Tráeme también una tórtola y un palomino.»

10 Abrán tomó todos estos animales, y los partió por la mitad, y puso las mitades una frente a la otra; pero no partió las aves. 11 Bajaban las aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abrán las ahuyentaba, 12 pero al caer el sol el sueño venció a Abrán, y le sobrevino el temor de una gran oscuridad. 13 Entonces el Señor le dijo:

«Debes saber que tu descendencia habitará en una tierra extraña, y que allí será esclava y la oprimirán durante cuatrocientos años.(C) 14 Pero también yo juzgaré a la nación a la cual servirán, y después de eso ellos saldrán de allí con grandes riquezas.(D) 15 Y tú te reunirás en paz con tus padres, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y después de cuatro generaciones volverán acá; porque hasta ahora no ha llegado todavía a su colmo la maldad de los amorreos.»

17 Y sucedió que, cuando el sol se puso y ya todo estaba oscuro, podía verse un horno humeante y una antorcha de fuego, la cual pasaba entre los animales divididos. 18 En aquel día el Señor hizo un pacto con Abrán. Le dijo: «A tu descendencia le daré esta tierra,(E) desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates, 19 hasta la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.»

Dios promete un hijo a Abram

15 Después de estas cosas la palabra del Señor(A) vino a Abram en visión, diciendo:

No temas(B), Abram,
yo soy un escudo(C) para ti;
tu recompensa será muy grande(D).

Y Abram dijo: Oh Señor Dios[a], ¿qué me darás, puesto que yo estoy[b] sin hijos, y el heredero[c] de mi casa es Eliezer de Damasco? Dijo además Abram: He aquí, no me has dado descendencia[d], y uno nacido en[e] mi casa(E) es mi heredero. Pero he aquí que la palabra del Señor vino a él, diciendo: Tu heredero no será este, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero(F). Lo llevó fuera, y le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas(G), si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia[f](H). Y Abram creyó en el Señor, y Él se lo reconoció[g] por justicia(I). Y le dijo: Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos(J), para darte esta tierra(K) para que la poseas[h]. Y él le dijo: Oh Señor Dios[i], ¿cómo puedo saber que la poseeré[j](L)? Él le respondió: Tráeme[k] una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón. 10 Él le trajo[l] todos estos y los partió por la mitad(M), y puso cada mitad enfrente de la otra; mas no partió las aves(N). 11 Y las aves de rapiña descendían sobre los animales sacrificados[m], pero Abram las ahuyentaba.

Pacto de Dios con Abram

12 Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño(O) cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él. 13 Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes[n] serán extranjeros en una tierra que no es suya(P), donde serán esclavizados(Q) y oprimidos[o] cuatrocientos años(R). 14 Mas yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas[p](S). 15 Tú irás a tus padres en paz; y serás sepultado en buena vejez(T). 16 Y en la cuarta generación(U) ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos(V). 17 Y aconteció que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y he aquí, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades[q] de los animales(W). 18 En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo:

A tu descendencia[r] he dado esta tierra(X),
desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates(Y):

19 los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos(Z).

Footnotes

  1. Génesis 15:2 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  2. Génesis 15:2 Lit., ando
  3. Génesis 15:2 Lit., hijo de adquisición
  4. Génesis 15:3 Lit., simiente
  5. Génesis 15:3 Lit., y he aquí, un hijo de
  6. Génesis 15:5 Lit., simiente
  7. Génesis 15:6 O, y le fue contado
  8. Génesis 15:7 O, para heredarla
  9. Génesis 15:8 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  10. Génesis 15:8 O, heredaré
  11. Génesis 15:9 Lit., Toma para mí
  12. Génesis 15:10 Lit., tomó
  13. Génesis 15:11 Lit., cuerpos muertos
  14. Génesis 15:13 Lit., tu simiente
  15. Génesis 15:13 Lit., y les servirán y ellos los afligirán
  16. Génesis 15:14 O, muchos bienes
  17. Génesis 15:17 Lit., estas partes
  18. Génesis 15:18 Lit., simiente