Los que viven conforme a la carne fijan la mente en los deseos de la carne; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mente gobernada por la carne es muerte, mientras que la mente que proviene del Espíritu es vida y paz. La mente gobernada por la carne es enemiga de Dios, pues no se somete a la Ley de Dios ni es capaz de hacerlo.

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Porque los que siguen los pasos de la carne fijan su atención en lo que es de la carne, pero los que son del Espíritu, la fijan en lo que es del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

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Porque los que viven[a] conforme a la carne(A), ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu(B). Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz(C); ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios(D), porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo,

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Footnotes

  1. Romanos 8:5 Lit., son