10 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos[a] es para su salvación. Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios(A), pero no conforme a un pleno conocimiento. Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia(B), no se sometieron a la justicia de Dios(C). Porque Cristo es el fin[b] de la ley para justicia a todo aquel que cree(D).

Cómo ser salvo

Porque Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella(E). Pero la justicia que es de la fe(F), dice así: No digas en tu corazón: «¿Quién subirá al cielo(G)?» (esto es, para hacer bajar a Cristo), o «¿Quién descenderá al abismo(H)?» (esto es, para subir a Cristo de entre los muertos(I)). Mas, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón(J), es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor(K), y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo(L); 10 porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo el que cree en Él no será avergonzado(M). 12 Porque no hay distinción entre judío y griego(N), pues el mismo Señor es Señor de todos(O), abundando en riquezas para todos los que le invocan; 13 porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo(P). 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de[c] quien no han oído(Q)? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique(R)? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies[d] de los que anuncian el evangelio del bien[e](S)!

Israel rechaza el evangelio

16 Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio(T), porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio(U)? 17 Así que la fe viene del oír(V), y el oír, por la palabra de Cristo[f](W). 18 Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí:

Por toda la tierra ha salido su voz,
y hasta los confines del mundo[g] sus palabras(X).

19 Y añado[h]: ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice:

Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
con un pueblo sin entendimiento os provocaré a ira(Y).

20 E Isaías es muy osado, y dice:

Fui hallado por los que no me buscaban;
me manifesté[i] a los que no preguntaban por mí(Z).

21 Pero en cuanto a Israel, dice: Todo el día he extendido mis manos a un pueblo desobediente y rebelde(AA).

Footnotes

  1. Romanos 10:1 Algunos mss. posteriores dicen: Israel
  2. Romanos 10:4 O, la meta, o, el objetivo
  3. Romanos 10:14 O, a
  4. Romanos 10:15 Algunos mss. agregan: de los que anuncian la paz
  5. Romanos 10:15 O, de cosas buenas
  6. Romanos 10:17 Algunos mss. dicen: Dios
  7. Romanos 10:18 I.e., la tierra habitada
  8. Romanos 10:19 Lit., Pero digo
  9. Romanos 10:20 Lit., me hice manifiesto

10 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.(A) Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.(B) Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.(C) 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.(D)

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!(E) 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?(F) 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien,

Por toda la tierra ha salido la voz de ellos,

Y hasta los fines de la tierra sus palabras.(G)

19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:

Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;

Con pueblo insensato os provocaré a ira.(H)

20 E Isaías dice resueltamente:

Fui hallado de los que no me buscaban;

Me manifesté a los que no preguntaban por mí.(I)

21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.(J)

10 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos. Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. No conociendo la justicia que proviene de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. De hecho, Cristo es la culminación de la Ley para que todo el que cree sea justificado.

Así describe Moisés la justicia que se basa en la Ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas».[a] Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?”[b] (es decir, para hacer bajar a Cristo), o “¿Quién bajará al abismo?”» (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti, la tienes en la boca y en el corazón».[c] Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. 11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será defraudado».[d] 12 No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, 13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».[e]

14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien predique? 15 ¿Y cómo predicarán sin ser enviados? Así está escrito: «¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian las buenas noticias!».[f]

16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas noticias. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?».[g] 17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.[h] 18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí!

«Por toda la tierra se difundió su voz,
    ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!».[i]

19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice:

«Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación;
    voy a irritarlos con una nación insensata».[j]

20 Luego Isaías se atreve a decir:

«Dejé que me hallaran los que no me buscaban;
    me di a conocer a los que no preguntaban por mí».[k]

21 En cambio, respecto de Israel, dice:

«Todo el día extendí mis manos
    hacia un pueblo desobediente y rebelde».[l]