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22 Fíjate que Dios es a la vez bondadoso y severo. Aunque es severo contra los que lo desobedecen, es bondadoso contigo. Pero si no vives de acuerdo con su bondad, también te cortará.

23 Por otro lado, si los israelitas abandonan su incredulidad, Dios tiene el poder para volverlos a injertar al árbol. 24 Si Dios te cortó de un olivo silvestre, del cual eras parte, y te injertó en su propio buen olivo, contra tu condición natural, ¿no crees que le será mucho más fácil reinjertar las ramas que estaban allí primero?

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22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. 23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. 24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

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