¹⁴ En cuanto a ustedes, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de que ustedes están llenos de bondad^(A), llenos de todo conocimiento^(B) y capaces también de amonestarse los unos a los otros.

¹¹ Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre^(A) que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.

¹⁶ Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor, para que lo instruya^(A)? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo^(B).

Triunfantes en Cristo

¹⁴ Pero gracias a Dios^(A), que en Cristo siempre nos lleva en triunfo^(B), y que por medio de nosotros manifiesta la fragancia^(C) de Su conocimiento^(D) en todo lugar.

⁶ Pues Dios, que dijo: «De las tinieblas resplandecerá la luz^(A)», es el que ha resplandecido en nuestros corazones^(B), para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo^(C).

⁷ Pero así como ustedes abundan^(A) en todo: en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos inspirado en ustedes^[a], vean que también abunden^(B) en esta obra de gracia^(C).

⁶ Pero aunque yo sea torpe en el hablar^(A), no lo soy en el conocimiento^(B); de hecho, por todos los medios se lo hemos demostrado en todas las cosas^(C).