y la esperanza no desilusiona(A), porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado(B). Porque mientras aún éramos débiles[a], a su tiempo(C) Cristo murió por los impíos(D). Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra(E) su amor para con nosotros(F), en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros(G). Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por[b] su sangre(H), seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él(I). 10 Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo(J), mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por[c] su vida(K). 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos[d] en Dios(L) por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación(M).

Adán y Cristo comparados

12 Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado(N), así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron(O); 13 pues antes de la ley[e] había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley(P). 14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán(Q), el cual es figura[f] del que había de venir(R). 15 Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión[g]. Porque si por la transgresión de uno[h] murieron los muchos(S), mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo(T), abundaron para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel[i] que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en[j] condenación(U); pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en[k] justificación. 17 Porque si por la transgresión de uno, por este[l] reinó la muerte(V), mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo(W), los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así pues, tal como por una transgresión resultó[m] la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia(X) resultó[n] la justificación de vida para todos los hombres(Y). 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores(Z), así también por la obediencia de uno(AA) los muchos serán constituidos justos(AB). 20 Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión(AC), pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia(AD), 21 para que así como el pecado reinó en la muerte(AE), así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor(AF).

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Footnotes

  1. Romanos 5:6 O, incapacitados
  2. Romanos 5:9 O, en
  3. Romanos 5:10 O, en
  4. Romanos 5:11 Lit., sino también gloriándonos
  5. Romanos 5:13 Lit., hasta la
  6. Romanos 5:14 O, símbolo
  7. Romanos 5:15 Lit., no como la transgresión así también es el don
  8. Romanos 5:15 Lit., del uno; i.e., Adán
  9. Romanos 5:16 Lit., uno
  10. Romanos 5:16 Lit., para
  11. Romanos 5:16 Lit., para un acto de
  12. Romanos 5:17 Lit., el uno
  13. Romanos 5:18 Lit., para
  14. Romanos 5:18 Lit., para

y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

Adán y Cristo

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,(A) así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

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Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.

A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos,[a] en el tiempo señalado Cristo murió por los impíos. Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios! 10 Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! 11 Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación.

De Adán, la muerte; de Cristo, la vida

12 Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.[b] 13 Antes de promulgarse la Ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley. 14 Sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir.

15 Pero el pecado de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues, si por el pecado de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos! 16 Tampoco se puede comparar el regalo de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con[c] una multitud de pecados. 17 Pues, si por el pecado de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de uno solo, Jesucristo.

18 Por tanto, así como un solo pecado causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos. 19 Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron hechos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán hechos justos.

20 En cuanto a la Ley, esta intervino para que aumentara el pecado. Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia; 21 y así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.

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Footnotes

  1. 5:6 como … salvarnos. Lit. cuando todavía éramos débiles.
  2. 5:12 En el griego este versículo es la primera parte de una oración comparativa que se reinicia y concluye en el v. 18.
  3. 5:16 resultado … con. Alt. resultado del pecado de uno solo, pero la dádiva que lleva a la justificación fue resultado de.

39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios(A) que es en Cristo Jesús Señor nuestro(B).

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39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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sabiendo, hermanos amados de Dios(A), su elección de vosotros(B),

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Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección;

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Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido,

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