Add parallel Print Page Options

y porque ustedes pertenecen a él, el poder[a] del Espíritu que da vida los[b] ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa[c] es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu.

Read full chapter

Footnotes

  1. 8:2a En griego la ley; también en 8:2b.
  2. 8:2b Algunos manuscritos dicen me.
  3. 8:3 En griego nuestra carne; similar en 8:4, 5, 6, 7, 8, 9, 12.

Bible Gateway Recommends