²⁵ el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones^(A) y resucitado para nuestra justificación^(B).

⁶ Porque mientras aún éramos débiles^[a], a su tiempo^(A) Cristo murió por los impíos^(B).

⁸ Pero Dios demuestra^(A) su amor para con nosotros^(B), en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros^(C).

²⁰ Con Cristo he sido crucificado^[a](A), y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí^(B); y la vida que^[b] ahora vivo en la carne, la^[c] vivo por fe en el Hijo de Dios^(C), el cual me amó^(D) y se entregó a sí mismo por mí^(E).

² y andad en amor^(A), así como también Cristo os^[a] amó^(B) y se dio a sí mismo por nosotros^(C), ofrenda y sacrificio a Dios^(D), como fragante aroma^[b](E).

Jesús como Sumo Sacerdote

5 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres^(A) es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se refieren^(B), para presentar ofrendas y sacrificios^(C) por los pecados^(D);

⁴ Así que si Él estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley^(A);