Con arrogancia persigue el malvado al indefenso,
    pero quedará atrapado en sus propias artimañas.
El malvado hace alarde de su propia codicia;
    alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.
El malvado, con su nariz en alto, no busca a Dios.
    No hay lugar para él en sus pensamientos.

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Con arrogancia el malo persigue al pobre;

Será atrapado en los artificios que ha ideado.

Porque el malo se jacta del deseo de su alma,

Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.

El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;

No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.

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