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Salmo de David, acerca de cuando huía de su hijo Absalón.

Oh Señor, tengo tantos enemigos;
    son muchos los que están en mi contra.
Son tantos los que dicen:
    «¡Dios no lo rescatará!». Interludio[a]

Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea;
    eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.
Clamé al Señor,
    y él me respondió desde su monte santo. Interludio

Me acosté y dormí,
    pero me desperté a salvo,
    porque el Señor me cuidaba.
No tengo miedo a los diez mil enemigos
    que me rodean por todas partes.

¡Levántate, oh Señor!
    ¡Rescátame, Dios mío!
¡Abofetea a todos mis enemigos!
    ¡Destroza los dientes de los malvados!
La victoria proviene de ti, oh Señor;
    bendice a tu pueblo. Interludio

Footnotes

  1. 3:2 En hebreo Selah. El significado de esta palabra es incierto, aunque es probable que sea un término literario o musical. Se traduce Interludio en todo el libro de Salmos.

Oración matutina de confianza en Dios

Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón su hijo.(A)

¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!

Muchos son los que se levantan contra mí.

Muchos son los que dicen de mí:

No hay para él salvación en Dios. Selah

Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;

Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.

Con mi voz clamé a Jehová,

Y él me respondió desde su monte santo. Selah

Yo me acosté y dormí,

Y desperté, porque Jehová me sustentaba.

No temeré a diez millares de gente,

Que pusieren sitio contra mí.

Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío;

Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla;

Los dientes de los perversos quebrantaste.

La salvación es de Jehová;

Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.

Muchos son, Señor, mis enemigos;
    muchos son los que se me oponen,
y muchos los que de mí aseguran:
    «Dios no lo salvará». Selah

Pero tú, Señor, eres el escudo que me protege;
    tú eres mi gloria;
    tú mantienes en alto mi cabeza.
Clamo al Señor a voz en cuello
    y desde su monte santo él me responde. Selah

Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
    porque el Señor me sostiene.
No me asustan los miles de escuadrones
    que me acosan por doquier.

¡Levántate, Señor!
    ¡Ponme a salvo, Dios mío!
¡Rómpeles la quijada a mis enemigos!
    ¡Rómpeles los dientes a los malvados!

Tuya es, Señor, la salvación;
    ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah