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Una canción nueva

(Sal 70)

Al director. Canción de David.

Yo confié sinceramente en el SEÑOR,
    y él escuchó mi oración.
El SEÑOR me sacó del pozo de la destrucción;
    me sacó del barro y del lodo.
Me puso los pies en la roca, en tierra firme,
    donde puedo andar con seguridad.
Él puso una canción nueva en mi boca,
    una canción de alabanza a Dios.
Mucha gente verá lo que Dios ha hecho y lo alabará;
    se llenarán de confianza en él.

Afortunado el que confía en el SEÑOR
    y no busca ayuda en dioses falsos.
SEÑOR, Dios nuestro,
    tú has hecho muchas maravillas.
Tienes planes maravillosos para nosotros;
    eres incomparable.
No me alcanzan las palabras
    cuando intento contar tus maravillas.

SEÑOR, tú me has hecho entender[a]
    que en realidad no esperas sacrificios ni ofrendas.
    En realidad no pides sacrificios para borrar el pecado.
Así que dije: «Mírame, aquí estoy,
    listo para hacer lo que está escrito de mí en el libro».
Dios mío, deseo que se haga tu voluntad;
    llevo tus enseñanzas en mi corazón.

Le he dado a todo el mundo la buena noticia de tu victoria
    y sabes que nunca dejaré de hablar de ello, SEÑOR.
10 SEÑOR, no he guardado para mí la maravilla de tus obras.
    He hablado públicamente de tu justicia y de tu salvación.
No he escondido a la gran asamblea
    tu fiel amor ni tu verdad.

11 No seas tacaño, SEÑOR, con tu compasión.
    Que tu fiel amor y fidelidad me guarden para siempre.
12 Porque se me han venido encima
    muchas desgracias.
Mis pecados me han atrapado
    y no puedo escapar de ellos.
Son tantos los pecados que he cometido,
    que he perdido todo el valor.

13 SEÑOR, por favor rescátame.
    ¡SEÑOR, ven pronto a ayudarme!
14 Que todos los que buscan destruirme
    terminen sintiéndose avergonzados y humillados.
Que los que quieren hacerme daño
    se retiren sin lograr nada.
15 Que los que se burlan de mí
    retrocedan avergonzados.
16 Y que los que buscan tu ayuda,
    encuentren dicha y felicidad.
Que los que aman tu salvación
    puedan alabarte siempre diciendo:
    «¡Cuán grande es el SEÑOR!»

17 Señor, ten compasión de mí,
    aunque sea tan sólo un hombre pobre e indefenso.
Dios mío, tú eres quien me ayuda y me salva.
    ¡No llegues demasiado tarde!

Footnotes

  1. 40:6 tú me has hecho entender Textualmente tú has excavado mis oídos. Algunos manuscritos de LXX y He 10:5 dicen preparaste un cuerpo para mí.

Alabanza por la liberación divina

(Sal. 70.1-5)

Al músico principal. Salmo de David.

40 Pacientemente esperé a Jehová,

Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;

Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.

Verán esto muchos, y temerán,

Y confiarán en Jehová.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,

Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;

Y tus pensamientos para con nosotros,

No es posible contarlos ante ti.

Si yo anunciare y hablare de ellos,

No pueden ser enumerados.

Sacrificio y ofrenda no te agrada;

Has abierto mis oídos;

Holocausto y expiación no has demandado.

Entonces dije: He aquí, vengo;

En el rollo del libro está escrito de mí;

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,

Y tu ley está en medio de mi corazón.(A)

He anunciado justicia en grande congregación;

He aquí, no refrené mis labios,

Jehová, tú lo sabes.

10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;

He publicado tu fidelidad y tu salvación;

No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;

Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males sin número;

Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.

Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

13 Quieras, oh Jehová, librarme;

Jehová, apresúrate a socorrerme.

14 Sean avergonzados y confundidos a una

Los que buscan mi vida para destruirla.

Vuelvan atrás y avergüéncense

Los que mi mal desean;

15 Sean asolados en pago de su afrenta

Los que me dicen: ¡Ea, ea!

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,

Y digan siempre los que aman tu salvación:

Jehová sea enaltecido.

17 Aunque afligido yo y necesitado,

Jehová pensará en mí.

Mi ayuda y mi libertador eres tú;

Dios mío, no te tardes.