Add parallel Print Page Options

Plegaria implorando liberación

43 Hazme [a] justicia[b], oh Dios(A), y defiende mi causa contra una nación impía(B);
líbrame del hombre engañoso e injusto(C).
Ya que tú eres el Dios de mi fortaleza[c](D), ¿por qué me has rechazado(E)?
¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo[d](F)?

Envía tu luz y tu verdad(G); que ellas me guíen,
que me lleven a tu santo monte(H),
y a tus moradas(I).
Entonces llegaré[e] al altar de Dios(J),
a Dios, mi supremo gozo[f](K);
y al son de la lira te alabaré(L), oh Dios, Dios mío.

¿Por qué te abates[g], alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en[h] Dios, pues he de alabarle otra vez[i].
¡Él es la salvación[j] de mi ser[k], y mi Dios(M)!

Footnotes

  1. Salmos 43:1 En algunos mss. hebreos los Salmos 42 y 43 aparecen como uno solo
  2. Salmos 43:1 O, Sé tú mi juez, o, Vindícame
  3. Salmos 43:2 O, refugio
  4. Salmos 43:2 O, mientras el enemigo oprime
  5. Salmos 43:4 Lit., entraré
  6. Salmos 43:4 Lit., la alegría de mi gozo
  7. Salmos 43:5 O, estás deprimida, o, hundida
  8. Salmos 43:5 O, a
  9. Salmos 43:5 O, todavía
  10. Salmos 43:5 O, las acciones de salvación, o, ayuda
  11. Salmos 43:5 Lit., rostro

Plegaria pidiendo vindicación y liberación

43 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;

Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.

Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?

¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán;

Me conducirán a tu santo monte,

Y a tus moradas.

Entraré al altar de Dios,

Al Dios de mi alegría y de mi gozo;

Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.

¿Por qué te abates, oh alma mía,

Y por qué te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío.

43 ¡Júzgame, oh Dios!
    Defiende mi causa frente a esta nación impía;
    líbrame de gente mentirosa y malhechora.
Tú eres mi Dios y mi fortaleza:
    ¿Por qué me has rechazado?
¿Por qué debo andar afligido
    y oprimido por el enemigo?
Envía tu luz y tu verdad;
    que ellas me guíen a tu monte santo,
    que me lleven al lugar donde tú habitas.
Llegaré entonces al altar de Dios,
    del Dios de mi alegría y mi deleite,
y allí, oh Dios, mi Dios,
    te alabaré al son del arpa.

¿Por qué estás tan abatida, alma mía?
    ¿Por qué estás tan angustiada?
En Dios pondré mi esperanza
    y lo seguiré alabando.
    ¡Él es mi Salvador y mi Dios!