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En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo confundido para siempre.

Hazme escapar, y líbrame en tu justicia; inclina tu oído hacia mí y sálvame.

Seme por peña de fortaleza, adonde recurra yo continuamente; has mandado que yo sea salvo; porque tú eres mi roca, y mi castillo.

Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento.

Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud.

Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti ha sido siempre mi alabanza.

Como prodigio he sido a muchos, y tú mi refugio fuerte.

Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

10 Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente.

11 Diciendo: Dios lo ha dejado; perseguid y tomadle, porque no hay quien le libre.

12 Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto a mi socorro.

13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.

14 ¶ Mas yo siempre esperaré, y añadiré sobre toda tu alabanza.

15 Mi boca publicará tu justicia y tu salvación todo el día, aunque no sé el número de ellas.

16 Iré en la valentía del Señor DIOS; haré memoria de tu justicia, de la tuya solamente.

17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora; manifestaré tus maravillas.

18 Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir.

19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?

20 , que me has hecho ver muchas angustias y males; volverás y me darás vida, y de los abismos de la tierra volverás a levantarme.

21 Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme.

22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel.

23 Mis labios se alegrarán cuando cantare alabanzas a ti; y mi alma, a la cual rescataste.

24 Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.

Oración de un anciano

71 En ti, oh Jehová, me he refugiado;

No sea yo avergonzado jamás.

Socórreme y líbrame en tu justicia;

Inclina tu oído y sálvame.

Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.

Tú has dado mandamiento para salvarme,

Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Dios mío, líbrame de la mano del impío,

De la mano del perverso y violento.

Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,

Seguridad mía desde mi juventud.

En ti he sido sustentado desde el vientre;

De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;

De ti será siempre mi alabanza.

Como prodigio he sido a muchos,

Y tú mi refugio fuerte.

Sea llena mi boca de tu alabanza,

De tu gloria todo el día.

No me deseches en el tiempo de la vejez;

Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

10 Porque mis enemigos hablan de mí,

Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,

11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;

Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.

12 Oh Dios, no te alejes de mí;

Dios mío, acude pronto en mi socorro.

13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;

Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.

14 Mas yo esperaré siempre,

Y te alabaré más y más.

15 Mi boca publicará tu justicia

Y tus hechos de salvación todo el día,

Aunque no sé su número.

16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;

Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.

17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,

Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.

18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,

Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,

Y tu potencia a todos los que han de venir,

19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.

Tú has hecho grandes cosas;

Oh Dios, ¿quién como tú?

20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,

Volverás a darme vida,

Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.

21 Aumentarás mi grandeza,

Y volverás a consolarme.

22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,

Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa,

Oh Santo de Israel.

23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,

Y mi alma, la cual redimiste.

24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;

Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.