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Tú mostraste toda tu gloria,
    que es más grande que las montañas eternas.
Esos soldados que se creían tan fuertes quedaron despojados
    y duermen por última vez;
    no pudieron levantar ni un dedo.
El Dios de Jacob reprendió al enemigo;
    tanto el jinete como el caballo quedaron paralizados.

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Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza.

Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño;

No hizo uso de sus manos ninguno de los varones fuertes.

A tu reprensión, oh Dios de Jacob,

El carro y el caballo fueron entorpecidos.

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