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Tus saetas agudas

Con que caerán pueblos debajo de ti,

Penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey.

Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre:

Vara de justicia la vara de tu reino.

Amaste la justicia y aborreciste la maldad:

Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo,

Con óleo de gozo sobre tus compañeros.

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