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pues tú escuchas las oraciones
y todos los humanos acuden a ti.
Las culpas nos tienen abrumados,
pero tú perdonas nuestros pecados.
Felices a quienes escoges y llevas
a que habiten en tus atrios.
Nos saciaremos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu Templo.

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