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Qué afortunado es el que vive en tu templo
    porque siempre te está adorando. Selah

Qué afortunado es el que se apoya en ti,
    el que sólo piensa en andar en tus caminos.
Cuando pasa por el valle de las Lágrimas,
    lo convierte en un oasis bendecido por la lluvia temprana.

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