10 Y es que hay muchos rebeldes, charlatanes y engañadores, especialmente los partidarios de la circuncisión.

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10 Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión,

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28 Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio;
    se le considera prudente, si cierra la boca.

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28 Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio;

El que cierra sus labios es entendido.

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11 El necio da rienda suelta a su ira,
    pero el sabio sabe dominarla.

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11 El necio da rienda suelta a toda su ira,

Mas el sabio al fin la sosiega.

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36 Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. 37 Porque por tus palabras se te declarará inocente y por tus palabras se te condenará».

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36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

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26 Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve para nada.

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26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.

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21 En la lengua hay poder de vida y muerte;
    quienes la aman comerán de su fruto.

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21 La muerte y la vida están en poder de la lengua,

Y el que la ama comerá de sus frutos.

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Hay que poner en práctica la palabra

19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse;

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Hacedores de la palabra

19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;

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No te apresures,
    ni con la boca ni con el corazón,
    a hacer promesas delante de Dios;
él está en el cielo
    y tú estás en la tierra.
    Mide, pues, tus palabras.
De las muchas ocupaciones brotan los sueños
    y de las muchas palabras, las tonterías.

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No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.

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