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Escuchad el gemido de los pastores;
    ¡sus ricos pastizales han sido destruidos!
Escuchad el rugido de los leones;
    ¡la espesura del Jordán ha quedado devastada!

Los dos pastores

Así dice el Señor mi Dios: «Cuida de las ovejas destinadas al matadero. Quienes las compran las matan impunemente, y quienes las venden dicen: “¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecido!” Ni sus propios pastores se compadecen de ellas.

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