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Escucha el llanto de pena de los pastores;
    lloran porque han perdido toda su gloria.
Escucha el rugido de los leones;
    rugen porque la selva cerca del río Jordán ha sido arruinada.

Entonces el SEÑOR mi Dios me dijo: «Cuida el rebaño que va a ser sacrificado. Los dueños de las ovejas las matan y no reciben castigo. Los que venden las ovejas dicen: “¡Gloria al SEÑOR, voy a ser rico!” Los pastores no sienten compasión por sus ovejas.

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