Tú, oh Dios, que tienes poder sobre todos, escucha las súplicas de los que están sin esperanza, y líbranos del poder de los malvados; y a mí, líbrame del peligro que temo.»
[17w] ¡Nadie hay más poderoso que tú! Quítame el miedo para hablar ante el rey. Escucha nuestros ruegos y gritos, pues estamos desesperados. ¡Líbranos del poder de los malvados!»