La túnica y el caballo se entregarán a uno de los amigos más honorables de Su Majestad, para que vista al hombre a quien Su Majestad estima tanto y lo conduzca a caballo por la plaza de la ciudad, diciendo: «¡Así se trata al hombre a quien el rey quiere honrar!»
[9] Después envíe a su asistente más importante para que le ponga a ese hombre la capa de Su Majestad y lo pasee en su caballo por el centro de la ciudad. El asistente irá anunciando: “¡Así trata el rey a quien él desea honrar!”