Entonces mandó que se llevaran a éste y trajeran al otro viejo. Y le dijo: —¡Hombre de la raza de Canaán, y no de Judá; la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón!
Luego Daniel dio la orden de que se llevaran a ese juez y trajeran al otro. Al llegar le dijo: —¡Tú ni siquiera eres judío, eres un cananeo! La belleza de las mujeres te tendió una trampa, y tus malos deseos te llenaron de malos pensamientos.