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Invasión de Senaquerib

32 (A)Después de estos actos de[a] fidelidad, Senaquerib, rey de Asiria, vino e invadió a Judá y sitió las ciudades fortificadas, y mandó conquistarlas[b] para sí. Cuando vio Ezequías que Senaquerib había venido y que se proponía hacer[c] guerra contra Jerusalén, decidió con sus oficiales y guerreros cortar el agua de las fuentes que estaban fuera de la ciudad, y ellos le ayudaron. Y se reunió mucha gente y cegaron todas las fuentes(B) y el arroyo que fluía por la región[d](C), diciendo: ¿Por qué han de venir los reyes de Asiria y hallar tanta agua? Y él cobró ánimo y reedificó toda la muralla que había sido derribada(D) y levantó torres en ella[e], edificó otra muralla exterior(E), fortificó el Milo(F) en la ciudad de David, e hizo armas arrojadizas y escudos en gran cantidad. Puso también oficiales militares sobre el pueblo, los reunió a su lado en la plaza a la puerta de la ciudad y habló dándoles ánimo[f](G), diciendo: Sed fuertes y valientes; no temáis ni os acobardéis(H) a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él(I). Con él está solo un brazo de carne(J), pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas(K). Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Después de esto, Senaquerib, rey de Asiria, mientras estaba sitiando[g] Laquis con todas sus fuerzas, envió a sus siervos a Jerusalén, a[h] Ezequías, rey de Judá, y a[i] todos los de Judá que estaban en Jerusalén(L), diciendo: 10 Así dice Senaquerib, rey de Asiria, «¿En qué estáis confiando para que permanezcáis bajo sitio en Jerusalén? 11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: “El Señor nuestro Dios nos librará de la mano[j] del rey de Asiria”? 12 ¿Acaso no es el mismo Ezequías el que ha quitado sus lugares altos y sus altares(M), y ha dicho a Judá y a Jerusalén[k]: “Delante de un solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso”? 13 (N)¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de estas[l] tierras? ¿Pudieron los dioses de las naciones de las tierras librar su tierra de mi mano? 14 ¿Quién de entre todos los dioses de aquellas naciones que mis padres destruyeron completamente pudo librar a su pueblo de mi mano, para que vuestro Dios pueda libraros de mi mano(O)? 15 Ahora pues, no dejéis que Ezequías os engañe y os extravíe en esta forma, y no creáis en él, porque ningún dios de ninguna nación ni reino pudo librar a su pueblo de mi mano ni de la mano de mis padres. ¡Mucho menos os librará de mi mano vuestro Dios(P)!».

16 Y sus siervos hablaron aún más contra el Señor Dios y contra su siervo Ezequías. 17 También escribió cartas para insultar al Señor, Dios de Israel, y para hablar contra Él, diciendo: Como los dioses de las naciones de las tierras no han[m] librado a sus pueblos de mi mano, así el Dios de Ezequías no librará a su pueblo de mi mano(Q). 18 Y proclamaron esto a gran voz en la lengua de Judá[n](R) al pueblo de Jerusalén que estaba sobre la muralla, para espantarlos y aterrorizarlos, para así poder tomar la ciudad. 19 Y hablaron del[o] Dios de Jerusalén como de los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres(S).

20 Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, oraron sobre esto, y clamaron al cielo. 21 Y el Señor envió un ángel que destruyó a todo guerrero valiente, comandante y jefe en el campamento del rey de Asiria. Así regresó avergonzado[p] a su propia tierra. Y cuando había entrado al templo[q] de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí a espada. 22 Así salvó el Señor a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén(T) de mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de mano de todos los demás, y los guió[r] por todas partes. 23 Y muchos traían presentes al Señor en Jerusalén y presentes valiosos(U) a Ezequías, rey de Judá, de modo que después de esto fue engrandecido delante de todas las naciones(V).

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 32:1 Lit., estas cosas y de esta
  2. 2 Crónicas 32:1 Lit., forzarlas
  3. 2 Crónicas 32:2 Lit., su rostro para la
  4. 2 Crónicas 32:4 Lit., en medio de la tierra
  5. 2 Crónicas 32:5 Lit., levantó sobre las torres
  6. 2 Crónicas 32:6 Lit., habló al corazón de ellos
  7. 2 Crónicas 32:9 Lit., contra
  8. 2 Crónicas 32:9 Lit., contra
  9. 2 Crónicas 32:9 Lit., contra
  10. 2 Crónicas 32:11 Lit., palma
  11. 2 Crónicas 32:12 Lit., Jerusalén, diciendo
  12. 2 Crónicas 32:13 Lit., las
  13. 2 Crónicas 32:17 Lit., que no han
  14. 2 Crónicas 32:18 Lit., en judío; i.e., en hebreo
  15. 2 Crónicas 32:19 Lit., al
  16. 2 Crónicas 32:21 Lit., con rostro avergonzado
  17. 2 Crónicas 32:21 Lit., a la casa
  18. 2 Crónicas 32:22 Algunas versiones antiguas dicen: les dio paz

Senaquerib invade a Judá

(2 R. 18.13-37; Is. 36.1-22)

32 Después de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas. Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan? Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también hizo muchas espadas y escudos. Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

Después de esto, Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén: 10 Así ha dicho Senaquerib rey de los asirios: ¿En quién confiáis vosotros, al resistir el sitio en Jerusalén? 11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a muerte, a hambre y a sed, al decir: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria? 12 ¿No es Ezequías el mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso? 13 ¿No habéis sabido lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano? 14 ¿Qué dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo podrá vuestro Dios libraros de mi mano? 15 Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?

16 Y otras cosas más hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías. 17 Además de esto escribió cartas en que blasfemaba contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra él, diciendo: Como los dioses de las naciones de los países no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos. 18 Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para espantarles y atemorizarles, a fin de poder tomar la ciudad. 19 Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres.

Jehová libra a Ezequías

(2 R. 19.1-37; Is. 37.1-38)

20 Mas el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo. 21 Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos. 22 Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados. 23 Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue muy engrandecido delante de todas las naciones después de esto.

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Invasión de Senaquerib

13 (A)Y en el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. 14 Entonces Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria en Laquis: He hecho lo malo(B). Retírate[a] de mí; lo que me impongas[b], aceptaré. Y el rey de Asiria impuso a[c] Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos[d] de plata y treinta talentos de oro. 15 Y Ezequías le dio toda la plata que se hallaba en la casa del Señor y en los tesoros de la casa del rey(C). 16 En aquel tiempo Ezequías quitó el oro de las puertas del templo del Señor, y de los postes de las puertas que el mismo Ezequías, rey de Judá, había revestido de oro, y lo entregó al rey de Asiria.

17 Entonces el rey de Asiria envió, desde Laquis a Jerusalén, al Tartán(D), al Rabsaris y al Rabsaces con un gran ejército contra el rey Ezequías. Y subieron y llegaron a Jerusalén. Y cuando subieron, llegaron y se colocaron junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero[e](E). 18 Llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías(F), que era mayordomo, con el escriba Sebna(G) y el cronista Joa, hijo de Asaf. 19 Y el Rabsaces les dijo: Decid ahora a Ezequías: «Así dice el gran rey, el rey de Asiria: “¿Qué confianza es esta que tú tienes[f](H)? 20 Tú dices (pero solo son palabras vanas[g]): ‘Tengo consejo y poder para la guerra’. Mas ahora, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí(I)? 21 He aquí, tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto(J), en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano[h] y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. 22 Pero si me decís: ‘Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios’, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado(K) y ha dicho a Judá y a Jerusalén: ‘Adoraréis delante de este altar en Jerusalén’? 23 Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo[i] con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos. 24 ¿Cómo, pues, puedes rechazar a[j] un oficial[k] de los menores de los siervos de mi señor, y confiar[l] en Egipto para tener carros y hombres de a caballo? 25 ¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra este lugar para destruirlo? El Señor me dijo: ‘Sube contra esta tierra y destrúyela’”».

26 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo(L), porque nosotros lo entendemos[m], y no nos hables en la lengua de Judá[n] a oídos del pueblo que está sobre la muralla. 27 Pero el Rabsaces les dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con vosotros? 28 El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá, y dijo[o]: Escuchad la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29 Así dice el rey: «Que no os engañe Ezequías, porque él no os podrá librar de mi[p] mano(M); 30 ni que Ezequías os haga confiar en el Señor, diciendo: “Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria”. 31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: “Haced la paz conmigo[q] y salid a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera, y beba(N) cada cual de las aguas de su cisterna, 32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que viváis y no muráis(O)”. Pero no escuchéis a Ezequías porque os engaña, diciendo: “El Señor nos librará”. 33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria(P)? 34 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad(Q)? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva(R)? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria de mi mano(S)? 35 ¿Quiénes de entre todos los dioses de estas[r] tierras han[s] librado su tierra de mi mano(T), para que el Señor libre a Jerusalén de mi mano?». 36 Pero el pueblo se quedó callado y no le respondió palabra alguna, porque la orden del rey era: No le respondáis. 37 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(U), mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados(V), y le relataron las palabras del Rabsaces.

Ezequías y el profeta Isaías

19 (W)Y sucedió que cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó sus vestidos(X), se cubrió de cilicio(Y) y entró en la casa del Señor. Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio(Z), al profeta Isaías, hijo de Amoz(AA). Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: «Este día es día de angustia, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer[t], pero no hay fuerzas para dar a luz. Tal vez el Señor tu Dios oirá todas las palabras del Rabsaces(AB), a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y lo reprenderá por las palabras que el Señor tu Dios ha oído(AC). Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda(AD)». Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, este[u] les dijo: Así diréis a vuestro señor: «Así dice el Señor: “No temas por las palabras que has oído, con las que los criados del rey de Asiria(AE) me han blasfemado(AF). He aquí, pondré en él un espíritu, oirá un rumor(AG) y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada(AH)”».

Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna(AI), pues había oído que el rey había partido de Laquis(AJ). Y les oyó[v] decir acerca de Tirhaca, rey de Etiopía[w]: He aquí, ha salido a pelear contra ti. Entonces envió de nuevo mensajeros a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá[x]: «No te engañe tu Dios en quien tú confías(AK), diciendo: “Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria(AL)”. 11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las naciones[y], destruyéndolas por completo, ¿y serás tú librado? 12 ¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron(AM), es decir, Gozán(AN), Harán(AO), Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar(AP)? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva(AQ)?».

14 Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó[z], y subió a la casa del Señor y[aa] la extendió delante del Señor(AR). 15 Y oró Ezequías delante del Señor, y dijo: Oh Señor, Dios de Israel, que estás[ab] sobre los querubines(AS), solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra(AT). Tú hiciste los cielos y la tierra. 16 Inclina, oh Señor, tu oído y escucha; abre, oh Señor, tus ojos y mira(AU); escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo(AV). 17 En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado las naciones y sus tierras, 18 y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra(AW); por eso los han destruido. 19 Y ahora, oh Señor, Dios nuestro, líbranos, te ruego, de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú(AX), oh Señor, eres Dios(AY).

20 Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Lo que me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, he escuchado(AZ)». 21 Esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:

«Te ha despreciado y se ha burlado de ti
la virgen hija de Sión(BA);
ha movido la cabeza(BB) a tus espaldas
la hija de Jerusalén.
22 ¿A quién has injuriado y blasfemado(BC)?
¿Y contra quién has alzado la voz
y levantado con altivez[ac] tus ojos?
¡Contra el Santo de Israel(BD)!
23 Por mano de tus mensajeros has injuriado al Señor,
y has dicho: “Con mis numerosos carros
subí a las cumbres de los montes(BE),
a las partes más remotas del Líbano;
corté sus altos cedros y sus mejores cipreses,
y entré[ad] en su morada más lejana, en su más frondoso bosque(BF).
24 Yo cavé pozos(BG) y bebí aguas extranjeras,
y sequé[ae] con la planta de mi pie
todos los ríos de Egipto[af]”.

25 »¿No has oído?
Hace mucho tiempo que lo hice,
desde la antigüedad lo había planeado(BH).
Ahora lo he realizado(BI),
para que conviertas las ciudades fortificadas
en montones de ruinas.
26 Sus habitantes, faltos de fuerzas[ag],
fueron desalentados y humillados;
vinieron a ser como la vegetación del campo
y como la hierba verde,
como la hierba en los techos que se quema
antes de que haya crecido(BJ).
27 Pero conozco tu sentarte,
tu salir y tu entrar,
y tu furor contra mí(BK).
28 Porque te has airado contra mí,
y porque tu arrogancia[ah] ha subido hasta mis oídos,
pondré, pues, mi garfio en tu nariz(BL)
y mi freno en tus labios,
y te haré volver por el camino por donde viniste(BM).

29 »Esto te será por señal(BN): Este año comeréis[ai] lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí, y en el tercer año sembrad, segad, plantad viñas y comed su fruto. 30 Y el remanente de la casa de Judá(BO) que se salve, echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba. 31 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sión sobrevivientes[aj](BP). El celo del Señor de los ejércitos[ak] hará esto(BQ). 32 Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: “El no entrará en esta ciudad, ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo, ni levantará terraplén contra ella(BR). 33 Por el camino que vino, por él se volverá(BS), y no entrará en esta ciudad” —declara el Señor. 34 Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí mismo(BT) y por amor a mi siervo David(BU)».

Muerte de Senaquerib

35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres(BV). 36 Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra(BW), y habitó en Nínive(BX). 37 Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, Adramelec y Sarezer[al] lo mataron a espada(BY) y huyeron a la tierra de Ararat(BZ). Y su hijo(CA) Esar-hadón reinó en su lugar.

Footnotes

  1. 2 Reyes 18:14 Lit., Vuelve
  2. 2 Reyes 18:14 Lit., des
  3. 2 Reyes 18:14 Lit., puso sobre
  4. 2 Reyes 18:14 Un talento equivale aprox. a 34 kg.
  5. 2 Reyes 18:17 O, Lavandero
  6. 2 Reyes 18:19 Lit., en que confías
  7. 2 Reyes 18:20 Lit., es solo una palabra de los labios
  8. 2 Reyes 18:21 Lit., palma
  9. 2 Reyes 18:23 Lit., intercambies promesas
  10. 2 Reyes 18:24 Lit., volver el rostro de
  11. 2 Reyes 18:24 O, gobernador
  12. 2 Reyes 18:24 Lit., confiar para ti
  13. 2 Reyes 18:26 Lit., oímos
  14. 2 Reyes 18:26 Lit., en judío; i.e., en hebreo, y así en el vers. 28
  15. 2 Reyes 18:28 Lit., y habló, y dijo
  16. 2 Reyes 18:29 Así en algunas versiones antiguas; en heb., su
  17. 2 Reyes 18:31 Lit., Haced conmigo una bendición
  18. 2 Reyes 18:35 Lit., las
  19. 2 Reyes 18:35 Lit., que han
  20. 2 Reyes 19:3 Lit., saliendo de la matriz
  21. 2 Reyes 19:6 Lit., Isaías
  22. 2 Reyes 19:9 Lit., oyendo
  23. 2 Reyes 19:9 Heb., Cus
  24. 2 Reyes 19:10 Lit., Judá, diciendo
  25. 2 Reyes 19:11 Lit., tierras
  26. 2 Reyes 19:14 Lit., las cartas...las leyó
  27. 2 Reyes 19:14 Lit., y Ezequías
  28. 2 Reyes 19:15 Lit., estás sentado
  29. 2 Reyes 19:22 Lit., en alto
  30. 2 Reyes 19:23 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., y cortaré...y entraré
  31. 2 Reyes 19:24 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., secaré
  32. 2 Reyes 19:24 O, del lugar sitiado
  33. 2 Reyes 19:26 Lit., de manos débiles
  34. 2 Reyes 19:28 Lit., complacencia
  35. 2 Reyes 19:29 Lit., comiendo
  36. 2 Reyes 19:31 Lit., los que escapen
  37. 2 Reyes 19:31 Así en muchos mss. y versiones antiguas; el T.M. omite: de los ejércitos
  38. 2 Reyes 19:37 Algunos mss. antiguos agregan: sus hijos

Senaquerib invade a Judá

(2 Cr. 32.1-19; Is. 36.1-22)

13 A los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. 14 Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. 15 Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real. 16 Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria. 17 Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. 18 Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.

19 Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas? 20 Dices (pero son palabras vacías): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí? 21 He aquí que confías en este báculo de caña cascada, en Egipto, en el cual si alguno se apoyare, se le entrará por la mano y la traspasará. Tal es Faraón rey de Egipto para todos los que en él confían. 22 Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es este aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis en Jerusalén? 23 Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos. 24 ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 25 ¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.

26 Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre el muro. 27 Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su propio estiércol y beber su propia orina con vosotros?

28 Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá, y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29 Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano. 30 Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria. 31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, 32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará. 33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 34 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron estos librar a Samaria de mi mano? 35 ¿Qué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?

36 Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque había mandamiento del rey, el cual había dicho: No le respondáis. 37 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.

Judá es librado de Senaquerib

(2 Cr. 32.20-23; Is. 37.1-38)

19 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová. Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz, para que le dijesen: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su señor ha enviado para blasfemar al Dios viviente, y para vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aún queda. Vinieron, pues, los siervos del rey Ezequías a Isaías. E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada.

Y regresando el Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo contra Libna; porque oyó que se había ido de Laquis. Y oyó decir que Tirhaca rey de Etiopía había salido para hacerle guerra. Entonces volvió él y envió embajadores a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. 11 He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú? 12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?

14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová. 15 Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines,(A) solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. 16 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. 17 Es verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras; 18 y que echaron al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y por eso los destruyeron. 19 Ahora, pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que solo tú, Jehová, eres Dios. 20 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído. 21 Esta es la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén. 22 ¿A quién has vituperado y blasfemado? ¿y contra quién has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel. 23 Por mano de tus mensajeros has vituperado a Jehová, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a lo más inaccesible del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses más escogidos; me alojaré en sus más remotos lugares, en el bosque de sus feraces campos. 24 Yo he cavado y bebido las aguas extrañas, he secado con las plantas de mis pies todos los ríos de Egipto. 25 ¿Nunca has oído que desde tiempos antiguos yo lo hice, y que desde los días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros. 26 Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confundidos; vinieron a ser como la hierba del campo, y como hortaliza verde, como heno de los terrados, marchitado antes de su madurez. 27 He conocido tu situación, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí. 28 Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.

29 Y esto te daré por señal, oh Ezequías: Este año comeréis lo que nacerá de suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año sembraréis, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas. 30 Y lo que hubiere escapado, lo que hubiere quedado de la casa de Judá, volverá a echar raíces abajo, y llevará fruto arriba. 31 Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

32 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. 33 Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. 34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.

35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. 36 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. 37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.

Invasión de Senaquerib

36 (A)Y aconteció que en el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. Y el rey de Asiria envió desde Laquis a Jerusalén, al Rabsaces[a] con un gran[b] ejército, contra el rey Ezequías. Y se colocó junto al acueducto del estanque superior que está en la calzada del campo del Batanero[c](B). Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(C), mayordomo de[d] la casa real, el escriba Sebna(D) y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a él.

Y el Rabsaces les dijo: Decid ahora a Ezequías: «Así dice el gran rey, el rey de Asiria: “¿Qué confianza es esta que tú tienes[e]? Yo digo[f]: ‘Tu consejo y poderío para la guerra solo son palabras vacías[g]’. Ahora pues, ¿en quién confías que te has rebelado contra mí(E)? He aquí, tú confías en el báculo de esta caña quebrada, es decir, en Egipto, en el cual, si un hombre se apoya, penetrará en su mano[h] y la traspasará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él(F). Pero si me decís: ‘Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios’, ¿no es Él aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado(G) y ha dicho a Judá y a Jerusalén: ‘Adoraréis delante de este altar’? Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo[i] con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos. ¿Cómo, pues, puedes rechazar a[j] un oficial[k] de los menores de los siervos de mi señor, y confiar[l] en Egipto para tener carros y hombres de a caballo(H)? 10 ¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra esta tierra para destruirla? El Señor me dijo(I): ‘Sube contra esta tierra y destrúyela’”».

11 Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo(J) porque nosotros lo entendemos[m], y no nos hables en la lengua de Judá[n](K) a oídos del pueblo que está sobre la muralla. 12 Pero el Rabsaces dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras solo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con vosotros?

13 El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá(L), y dijo: Escuchad las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14 Así dice el rey: «Que no os engañe(M) Ezequías, porque él no os podrá librar; 15 ni que Ezequías os haga confiar en el Señor, diciendo: “Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria(N)”. 16 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: “Haced la paz conmigo[o] y salid a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera(O), y beba cada cual de las aguas de su cisterna(P), 17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas”. 18 Cuidado, no sea que Ezequías os engañe, diciendo: “El Señor nos librará(Q)”. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 19 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad(R)? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim(S)? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria(T) de mi mano? 20 ¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano(U), para que el Señor(V) libre a Jerusalén de mi mano?».

21 Pero ellos se quedaron callados y no le respondieron palabra alguna(W); porque el rey había dado un mandato, diciendo: No le respondáis. 22 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías(X), mayordomo de la casa real, el escriba Sebna(Y) y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.

Ezequías y el profeta Isaías

37 (Z)Y sucedió que cuando oyó esto el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del Señor. Envió entonces a Eliaquim(AA), mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna(AB) y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz(AC). Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: «Este día es día de angustia(AD), de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer[p], pero no hay fuerzas para dar a luz(AE). Tal vez el Señor tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo(AF), y lo reprenderá por las palabras que el Señor tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda(AG)». Cuando llegaron los siervos del rey Ezequías ante Isaías, este[q] les dijo: Así diréis a vuestro señor: «Así dice el Señor: “No temas por las palabras que has oído(AH), con las que los siervos del rey de Asiria me han blasfemado. He aquí, pondré en él un espíritu, oirá(AI) un rumor y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada(AJ)”».

Entonces el Rabsaces volvió y halló al rey de Asiria peleando contra Libna(AK), pues había oído que el rey había partido de Laquis(AL). Y les oyó[r](AM) decir acerca de Tirhaca, rey de Etiopía[s](AN): Ha salido a pelear contra ti. Y cuando lo oyó, envió mensajeros a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá[t]: «No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: “Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria(AO)”. 11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las naciones[u], destruyéndolas por completo(AP), ¿y serás tú librado? 12 ¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es decir, Gozán(AQ), Harán(AR), Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?».

14 Entonces Ezequías tomó la carta[v] de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del Señor y[w] la extendió delante del Señor. 15 Y Ezequías oró al Señor, diciendo: 16 Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás[x] sobre los querubines(AS), solo tú eres Dios(AT) de todos los reinos de la tierra(AU). Tú hiciste los cielos y la tierra(AV). 17 Inclina, oh Señor, tu oído y escucha; abre, oh Señor, tus ojos y mira(AW); escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo(AX). 18 En verdad, oh Señor, los reyes de Asiria han asolado todas las naciones[y] y sus tierras(AY), 19 y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre(AZ), de madera y piedra; por eso los han destruido(BA). 20 Y ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de su mano(BB) para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú, oh Señor, eres Dios[z](BC). 21 Entonces Isaías, hijo de Amoz(BD), envió a decir a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de Israel: «Por cuanto me has rogado acerca de Senaquerib, rey de Asiria, 22 esta es la palabra que el Señor ha hablado contra él:

“Te ha despreciado y se ha burlado de ti
la virgen hija de Sión(BE);
ha movido la cabeza(BF) a tus espaldas
la hija de Jerusalén.
23 ¿A quién has injuriado y blasfemado(BG)?
¿Y contra quién has alzado la voz
y levantado con altivez[aa] tus ojos(BH)?
¡Contra el Santo de Israel(BI)!
24 Por mano de tus siervos has injuriado al Señor,
y has dicho: ‘Con mis numerosos carros
yo subí a las cumbres de los montes,
a las partes más remotas del Líbano,
y corté[ab] sus altos cedros y sus mejores cipreses(BJ);
iré a su más alta[ac] cima, a su más frondoso bosque(BK).
25 -’Yo cavé pozos y bebí aguas,
y sequé con la planta de mis pies
todos los ríos de Egipto[ad](BL)’.
26 ¿No has oído(BM)?
Hace mucho tiempo que lo hice,
desde la antigüedad lo había planeado(BN).
Ahora he hecho que suceda,
para que conviertas las ciudades fortificadas
en montones de ruinas(BO).
27 Sus habitantes, faltos de fuerzas[ae],
fueron desalentados y humillados;
vinieron a ser como la vegetación del campo
y como la hierba verde(BP),
como la hierba en los techos que se quema[af]
antes de que haya crecido(BQ).
28 Pero conozco tu sentarte,
tu salir y tu entrar,
y tu furor contra mí(BR).
29 A causa de tu furor contra mí,
y porque tu arrogancia[ag](BS) ha subido hasta mis oídos,
pondré, pues, mi garfio(BT) en tu nariz
y mi freno(BU) en tu boca[ah],
y te haré volver por el camino por donde viniste(BV).

30 ”Esto te será por señal: Este año comeréis[ai] lo que crezca espontáneamente; el segundo año lo que nazca de por sí(BW), y en el tercer año sembrad, segad, plantad viñas y comed su fruto. 31 Y el remanente(BX) de la casa de Judá que se salve(BY), echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba(BZ). 32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente(CA), y del monte Sión sobrevivientes[aj]. El celo(CB) del Señor de los ejércitos(CC) hará esto”». 33 Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: «El no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella(CD). 34 Por el camino que vino, por él se volverá(CE), y no entrará en esta ciudad» —declara el Señor. 35 «Porque defenderé esta ciudad(CF) para salvarla por amor a mí mismo(CG) y por amor a mi siervo David(CH)».

Muerte de Senaquerib

36 Y salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres(CI). 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en Nínive(CJ). 38 Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat(CK). Y su hijo Esar-hadón(CL) reinó en su lugar.

Footnotes

  1. Isaías 36:2 I.e., copero mayor
  2. Isaías 36:2 Lit., pesado
  3. Isaías 36:2 O, Lavandero
  4. Isaías 36:3 O, que estaba sobre
  5. Isaías 36:4 Lit., en que confías
  6. Isaías 36:5 Los M.M.M., otros mss. y 2 Rey. 18:20 dicen: Tú dices
  7. Isaías 36:5 Lit., palabra de los labios
  8. Isaías 36:6 Lit., palma
  9. Isaías 36:8 Lit., intercambies promesas
  10. Isaías 36:9 Lit., volver el rostro de
  11. Isaías 36:9 O, gobernador
  12. Isaías 36:9 Lit., confiar para ti mismo
  13. Isaías 36:11 Lit., oímos
  14. Isaías 36:11 Lit., judío; i.e., hebreo; y así en el vers. 13
  15. Isaías 36:16 Lit., Haced conmigo una bendición
  16. Isaías 37:3 Lit., saliendo de la matriz
  17. Isaías 37:6 Lit., Isaías
  18. Isaías 37:9 Lit., oyendo
  19. Isaías 37:9 Heb., Cush
  20. Isaías 37:10 Lit., Judá, diciendo
  21. Isaías 37:11 Lit., tierras
  22. Isaías 37:14 Lit., las cartas
  23. Isaías 37:14 Lit., y Ezequías
  24. Isaías 37:16 Lit., estás sentado
  25. Isaías 37:18 Lit., tierras
  26. Isaías 37:20 Así en los M.M.M. y en 2 Rey. 19:19; el T.M. no incluye, Dios
  27. Isaías 37:23 Lit., en alto
  28. Isaías 37:24 Así en la versión gr. (sept.); en el T.M., cortaré
  29. Isaías 37:24 Lit., lejana
  30. Isaías 37:25 O, del lugar sitiado
  31. Isaías 37:27 Lit., de manos débiles
  32. Isaías 37:27 Así en los M.M.M. y en 2 Rey. 19:26; en el T.M., y como campo arado
  33. Isaías 37:29 Lit., complacencia
  34. Isaías 37:29 Lit., tus labios
  35. Isaías 37:30 Lit., comiendo
  36. Isaías 37:32 Lit., los que escapan

La invasión de Senaquerib

(2 R. 18.13-37; 2 Cr. 32.1-19)

36 Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Senaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó. Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con un gran ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías; y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas? Yo digo que el consejo y poderío para la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí? He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían. Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es este aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis? Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos. ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 10 ¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.

11 Entonces dijeron Eliaquim, Sebna y Joa al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua de Judá, porque lo oye el pueblo que está sobre el muro. 12 Y dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi señor a que dijese estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su estiércol y beber su orina con vosotros?

13 Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en lengua de Judá, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14 El rey dice así: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar. 15 Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria. 16 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo, 17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas. 18 Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria? 19 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano? 20 ¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?

21 Pero ellos callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis. 22 Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.

Judá es librado de Senaquerib

(2 R. 19.1-37; 2 Cr. 32.20-23)

37 Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová. Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz. Los cuales le dijeron: Así ha dicho Ezequías: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras del Rabsaces, al cual el rey de Asiria su señor envió para blasfemar al Dios vivo, y para vituperar con las palabras que oyó Jehová tu Dios; eleva, pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías. Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí que yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.

Vuelto, pues, el Rabsaces, halló al rey de Asiria que combatía contra Libna; porque ya había oído que se había apartado de Laquis. Mas oyendo decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí que ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió embajadores a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. 11 He aquí que tú oíste lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y escaparás tú? 12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que destruyeron mis antepasados, a Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que moraban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?

14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las extendió delante de Jehová. 15 Entonces Ezequías oró a Jehová, diciendo: 16 Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines,(A) solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. 17 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. 18 Ciertamente, oh Jehová, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras y sus comarcas, 19 y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron. 20 Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que solo tú eres Jehová.

21 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria, 22 estas son las palabras que Jehová habló contra él: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén.

23 ¿A quién vituperaste, y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel. 24 Por mano de tus siervos has vituperado al Señor, y dijiste: Con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegaré hasta sus más elevadas cumbres, al bosque de sus feraces campos. 25 Yo cavé, y bebí las aguas, y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de Egipto.

26 ¿No has oído decir que desde tiempos antiguos yo lo hice, que desde los días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros. 27 Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confusos, fueron como hierba del campo y hortaliza verde, como heno de los terrados, que antes de sazón se seca.

28 He conocido tu condición, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí. 29 Porque contra mí te airaste, y tu arrogancia ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.

30 Y esto te será por señal: Comeréis este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto. 31 Y lo que hubiere quedado de la casa de Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y dará fruto arriba. 32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

33 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. 34 Por el camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. 35 Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo.

36 Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. 37 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, e hizo su morada en Nínive. 38 Y aconteció que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.