¹⁰ Clamaban a gran voz^(A): «¿Hasta cuándo, oh Señor^[a](B) santo^(C) y verdadero, esperarás para juzgar^(D) y vengar^[b] nuestra sangre de los que moran en la tierra^(E)?».

⁶ Páguenle tal como ella ha pagado^(A), y devuélvanle^[a] doble según sus obras. En la copa que ella ha preparado^(B), preparen^[b] el doble para ella. ⁷ Cuanto ella se glorificó a sí misma^(C) y vivió sensualmente^[c](D), así^[d] denle tormento y duelo^[e], porque dice en su corazón: “Yo estoy sentada como reina^(E), y no soy viuda y nunca veré duelo^[f]”.

⁸ »Por eso, en un solo día^(F), vendrán sus plagas: muerte, duelo^[g], y hambre, y será quemada con fuego^(G); porque el Señor Dios que la juzga es poderoso^[h](H). ⁹ Y los reyes de la tierra^(I) que cometieron actos de inmoralidad y vivieron sensualmente^[i](J) con ella, llorarán y se lamentarán^(K) por ella cuando vean el humo de su incendio^(L). ¹⁰ Y de pie, desde lejos^(M) por causa del temor de su tormento, dirán: “¡Ay, ay^(N), la gran ciudad, Babilonia^(O), la ciudad fuerte! Porque en una hora^(P) ha llegado tu juicio”.

¹¹ »Los mercaderes de la tierra^(Q) lloran y se lamentan^(R) por ella, porque ya nadie compra sus mercaderías^[j]: ¹² cargamentos de oro, plata, piedras preciosas^[k], perlas, lino fino, púrpura, seda y escarlata^(S); toda clase de maderas olorosas^[l] y todo objeto de marfil y todo objeto hecho de maderas preciosas, bronce, hierro, y mármol; ¹³ y canela, especias aromáticas^[m], incienso, perfume, mirra, vino, aceite de oliva; y flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos, carros, esclavos^[n], y vidas humanas^[o][p](T). ¹⁴ Y el fruto que tanto has anhelado^[q] se ha apartado de ti, y todas las cosas que eran lujosas y espléndidas se han alejado^[r] de ti, y nunca más las hallarán. ¹⁵ Los mercaderes^(U) de estas cosas^(V) que se enriquecieron a costa de ella, se pararán lejos^(W) a causa del temor de su tormento, llorando y lamentándose, ¹⁶ y diciendo: “¡Ay, ay^(X), la gran ciudad^(Y), que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata^(Z), y adornada de oro, piedras preciosas y perlas^[s]! ¹⁷ En una hora^(AA) ha sido arrasada^(AB) tanta riqueza”. Todos los capitanes, pasajeros^[t], y marineros, y todos los que viven del mar^(AC), se pararon a lo lejos^(AD), ¹⁸ y al ver el humo de su incendio^(AE) gritaban^(AF): “¿Qué ciudad es semejante^(AG) a la gran ciudad^(AH)?”. ¹⁹ Y echaron polvo sobre sus cabezas^(AI), y llorando y lamentándose, gritaban: “¡Ay, ay^(AJ), la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas^(AK)!, porque en una hora^(AL) ha sido asolada^(AM)”.

²⁰ »Regocíjate sobre ella^(AN), cielo, y también ustedes, santos, apóstoles y profetas^(AO), porque Dios ha pronunciado juicio^(AP) contra ella^[u] por ustedes».

²¹ Entonces un ángel poderoso^[v](AQ) tomó una piedra, como una gran piedra de molino^(AR), y la arrojó al mar, diciendo: «Así será derribada con violencia Babilonia, la gran ciudad^(AS), y nunca más será hallada^(AT). ²² El sonido de arpistas, de músicos, de flautistas, y de trompeteros^(AU) no se oirá más en ti. Ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti. Ningún ruido de molino^(AV) se oirá más en ti. ²³ Ninguna luz de la lámpara alumbrará más en ti. Tampoco la voz del novio^[w] y de la novia^[x](AW) se oirá más en ti, porque tus mercaderes^(AX) eran los grandes de la tierra, pues todas las naciones fueron engañadas por tus hechicerías^(AY).

²⁴ »Y en ella fue hallada la sangre de los profetas, de los santos^(AZ) y de todos los que habían sido muertos sobre la tierra^(BA)».