Un profeta sin honra(A)

Salió Jesús de allí y fue a su tierra, en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga.

—¿De dónde sacó este tales cosas? —decían maravillados muchos de los que lo escuchaban—. ¿Qué sabiduría es esta que se le ha dado? ¿Cómo se explican estos milagros que vienen de sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María? ¿Acaso no es el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?

Y se escandalizaban a causa de él. Por tanto, Jesús les dijo:

—En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra, entre sus familiares y en su propia casa.

En efecto, no pudo hacer allí ningún milagro, excepto sanar a unos pocos enfermos al imponerles las manos. Y él se quedó asombrado por la falta de fe de ellos.

Jesús envía a los doce(B)

Jesús recorría los alrededores, enseñando de pueblo en pueblo. Reunió a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.

Les ordenó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino solo un bastón. «Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa». 10 Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo. 11 Si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos».

12 Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. 13 También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite.

Decapitación de Juan el Bautista(C)(D)

14 El rey Herodes se enteró de esto, pues el nombre de Jesús se había hecho famoso. Algunos decían[a] que Juan el Bautista había resucitado y por eso tenía poder para realizar milagros. 15 Otros decían que era Elías; y otros, en fin, afirmaban que era un profeta, como los de antes. 16 Pero cuando Herodes oyó esto, exclamó: «¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!».

17 En efecto, Herodes mismo había mandado que arrestaran a Juan y que lo encadenaran en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Felipe, 18 y Juan había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano». 19 Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y deseaba matarlo. Pero no había logrado hacerlo, 20 ya que Herodes temía a Juan y lo protegía, pues sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy desconcertado, pero lo escuchaba con gusto.

21 Por fin se presentó la oportunidad. En su cumpleaños Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea. 22 La hija de Herodías entró en el banquete y bailó, y esto agradó a Herodes y a los invitados.

—Pídeme lo que quieras y te lo daré —dijo el rey a la muchacha.

23 Y prometió bajo juramento:

—Te daré cualquier cosa que me pidas, aun cuando sea la mitad de mi reino.

24 Ella salió a preguntarle a su madre:

—¿Qué debo pedir?

—La cabeza de Juan el Bautista —contestó.

25 Enseguida se fue corriendo la muchacha a presentarle al rey su petición:

—Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.

26 El rey se quedó angustiado, pero no quiso desairarla a causa de sus juramentos y en atención a los invitados. 27 Así que enseguida envió a un verdugo con la orden de llevarle la cabeza de Juan. El hombre fue, decapitó a Juan en la cárcel 28 y volvió con la cabeza en una bandeja. Se la entregó a la muchacha y ella se la dio a su madre. 29 Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cuerpo y le dieron sepultura.

Jesús alimenta a los cinco mil(E)

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

31 Y como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús dijo:

—Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco.

32 Así que se fueron solos en la barca a un lugar solitario. 33 Pero muchos que los vieron salir los reconocieron y desde todos los poblados corrieron por tierra hasta allá y llegaron antes que ellos. 34 Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Cuando ya se hizo tarde, se le acercaron sus discípulos y dijeron:

—Este es un lugar apartado y ya es muy tarde. 36 Despide a la gente, para que vayan a los campos y pueblos cercanos y se compren algo de comer.

37 —Denles ustedes mismos de comer —contestó Jesús.

—¡Eso costaría más de seis meses de trabajo![b] —objetaron—. ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?

38 —¿Cuántos panes tienen ustedes? —preguntó—. Vayan a ver.

Después de averiguarlo, dijeron:

—Cinco y dos pescados.

39 Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde. 40 Así que ellos se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. 41 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. También repartió los dos pescados entre todos. 42 Comieron hasta quedar satisfechos 43 y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos de pan y de pescado. 44 Los que comieron fueron cinco mil.

Jesús camina sobre el agua(F)(G)

45 Enseguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la multitud. 46 Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.

47 Al anochecer, la barca se hallaba en medio del lago y Jesús estaba en tierra solo. 48 En la madrugada,[c] vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra. Se acercó a ellos caminando sobre el lago e iba a pasarlos de largo. 49 Los discípulos, al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, 50 llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló enseguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo».

51 Subió entonces a la barca con ellos y el viento se calmó. Estaban sumamente asombrados 52 porque tenían endurecido el corazón y no habían comprendido lo de los panes.

53 Después de cruzar el lago, desembarcaron en Genesaret y atracaron allí. 54 Al bajar ellos de la barca, la gente enseguida reconoció a Jesús. 55 Lo siguieron por toda aquella región y, adonde oían que él estaba, le llevaban en camillas a los que tenían enfermedades. 56 Y dondequiera que iba, en pueblos, ciudades o campos, colocaban a los enfermos en las plazas. Le suplicaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto y quienes lo tocaban quedaban sanos.

Footnotes

  1. 6:14 Algunos decían. Var. Él decía.
  2. 6:37 más de seis meses de trabajo. Lit. doscientos denarios.
  3. 6:48 En la madrugada. Lit. Alrededor de la cuarta vigilia de la noche. Es decir, entre las tres y las seis de la mañana.

Jesús en Nazaret(A)

De allí, Jesús se fue a su tierra, y sus discípulos lo siguieron. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga. Al escuchar a Jesús, muchos se preguntaban admirados: «¿De dónde sabe éste todo esto? ¿Qué clase de sabiduría ha recibido? ¿Cómo es que con sus manos puede hacer estos milagros? ¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí, entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, excepto en su propia tierra,(B) entre sus parientes, y en su familia.» Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos; y aunque se quedó asombrado de la incredulidad de ellos, siguió recorriendo las aldeas de alrededor para seguir enseñando.

Misión de los doce discípulos(C)

Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos. Les dio autoridad sobre los espíritus impuros, y les mandó(D) que no llevaran nada para el camino. Aparte de un bastón, no debían llevar mochila, ni pan, ni dinero en el cinto. También podían llevar sandalias, pero no dos mudas de ropa. 10 Les dijo: «Cuando ustedes lleguen a una casa, quédense allí hasta que salgan de ese lugar. 11 Si en algún lugar no los reciben ni los escuchan, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.»(E) [De cierto les digo que, en el día del juicio, el castigo para los de Sodoma y Gomorra será más tolerable que para aquella ciudad.][a] 12 Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera. 13 También expulsaban muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.(F)

Muerte de Juan el Bautista(G)

14 Como la fama de Jesús había llegado a ser muy notoria, el rey Herodes supo acerca de él y dijo: «¡Juan el Bautista ha resucitado de los muertos! ¡Por eso operan en él estos poderes!» 15 Algunos decían: «Es Elías.» Pero otros más afirmaban: «Es un profeta, o alguno de ellos.»(H) 16 Cuando Herodes oyó esto, dijo: «Éste es Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza. ¡Ahora ha resucitado de los muertos!» 17 Y es que por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, que Herodes había tomado por mujer, Herodes mismo había mandado que aprehendieran a Juan y lo encadenaran en la cárcel. 18 Juan le había dicho a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.»(I) 19 Por eso Herodías le guardaba rencor, y deseaba matarlo; pero no podía 20 porque Herodes temía a Juan, pues sabía que era un hombre justo y santo. Y aunque lo que Juan le decía lo dejaba confundido, lo escuchaba de buena gana y lo protegía. 21 Pero llegó la oportunidad. En la fiesta de su cumpleaños, Herodes ofreció una cena a sus príncipes y tribunos, y a la gente importante de Galilea. 22 Entonces la hija de Herodías se presentó en la fiesta y bailó, y tanto agradó esto a Herodes y a los que estaban con él a la mesa, que el rey le dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.» 23 Y bajo juramento le dijo: «Yo te daré todo lo que me pidas, ¡aun si me pides la mitad de mi reino!» 24 Ella salió y le preguntó a su madre: «¿Qué debo pedirle?» Y su madre le respondió: «¡Pídele la cabeza de Juan el Bautista!» 25 Enseguida ella entró corriendo y le dijo al rey: «Quiero que me des ahora mismo, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.» 26 Esto entristeció mucho al rey, pero por causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desairarla. 27 Enseguida, el rey ordenó a un soldado de la guardia que le trajeran la cabeza de Juan. 28 El soldado fue a la cárcel y lo decapitó, y llevó su cabeza en un plato, se la entregó a la muchacha, y ésta se la entregó a su madre. 29 Cuando los discípulos de Juan supieron esto, fueron a reclamar el cuerpo para darle sepultura.

Alimentación de los cinco mil(J)

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 31 Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer. 32 Así que se fueron solos en una barca a un lugar apartado. 33 Pero muchos que los vieron partir los reconocieron y los siguieron a pie desde las ciudades. Llegaron antes que ellos, y se reunieron con él. 34 Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque parecían ovejas sin pastor,(K) y comenzó entonces a enseñarles muchas cosas. 35 El tiempo pasó y se hizo tarde, así que sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Ya es muy tarde, y en este lugar no hay nada. 36 Despide a esta gente, para que vayan a los campos y aldeas cercanas, y compren algo de comer.» 37 Jesús les respondió: «Denles ustedes de comer.» Pero ellos le dijeron: «¿Quieres que vayamos a comprar pan y les demos de comer? ¡Eso costaría como doscientos denarios!» 38 Jesús les dijo: «Vayan a ver cuántos panes tienen ustedes.» Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Tenemos cinco panes y dos pescados.» 39 Jesús les mandó entonces que hicieran que la gente se recostara por grupos sobre la hierba verde, 40 y ellos así lo hicieron, formando grupos de cien y de cincuenta personas. 41 Jesús tomó entonces los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente, y también repartió entre todos los dos pescados. 42 Todos comieron y quedaron satisfechos, 43 y con lo que sobró del pan y los pescados llenaron doce cestas. 44 Los que comieron fueron como cinco mil hombres.

Jesús camina sobre las aguas(L)

45 Enseguida, hizo que sus discípulos subieran a la barca y que se adelantaran a la otra orilla, a Betsaida, mientras que él despedía a la multitud, 46 pero después de despedirlos se fue al monte a orar. 47 Cuando llegó la noche, la barca ya estaba a la mitad del lago, y Jesús estaba en tierra solo; 48 pero cerca del amanecer fue hacia ellos caminando sobre las aguas, pues los vio remar con mucha dificultad porque tenían el viento en contra. Hizo el intento de pasar de largo, 49 pero ellos, al verlo caminar sobre las aguas, pensaron que era un fantasma y comenzaron a gritar, 50 pues todos lo vieron y se asustaron. Pero él enseguida habló con ellos y les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» 51 Al subir a la barca con ellos, el viento se calmó. Y ellos estaban muy asombrados. 52 Más bien, su corazón estaba endurecido, y aún no habían entendido lo de los panes.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret(M)

53 Terminada la travesía, llegaron a la orilla y tocaron tierra en Genesaret. 54 Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús, 55 y a medida que recorrían todos los alrededores, en cuanto sabían donde estaba Jesús comenzaron a llevar de todas partes enfermos en sus lechos. 56 Dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto. ¡Y todos los que lo tocaban quedaban sanos!

Footnotes

  1. Marcos 6:11 El texto que aparece entre corchetes se halla sólo en mss. tardíos.

Jesús enseña en Nazaret

(A)Él se marchó de allí y llegó* a su pueblo(B); y sus discípulos le siguieron*. Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga(C); y muchos que le escuchaban se asombraban(D), diciendo: ¿Dónde obtuvo este tales[a] cosas, y cuál es esta sabiduría que le ha sido dada, y estos milagros[b] que hace con sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, y hermano(E) de Jacobo[c], José, Judas y Simón(F)? ¿No están sus hermanas(G) aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de Él(H). Y Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra(I), y entre sus parientes, y en su casa(J). Y no pudo hacer allí ningún milagro[d]; solo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso sus manos(K). Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos.

Y recorría las aldeas de alrededor enseñando(L).

Jesús envía a los doce

(M)Entonces llamó* a los doce(N) y comenzó a enviarlos de dos en dos(O), dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos; y les ordenó que no llevaran nada para el camino(P), sino solo un bordón; ni pan, ni alforja[e], ni dinero en el cinto; sino calzados con sandalias. No llevéis dos túnicas[f] 10 —les dijo— y dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis de la población[g]. 11 Y en cualquier lugar que no os reciban ni os escuchen, al salir de allí, sacudid el polvo de la planta[h] de vuestros pies(Q) en testimonio contra ellos. 12 Y saliendo, predicaban[i](R) que todos se arrepintieran. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban(S).

Muerte de Juan el Bautista

14 (T)El rey Herodes se enteró[j] de esto, pues el nombre de Jesús[k] se había hecho célebre, y la gente decía: Juan el Bautista(U) ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él. 15 Pero otros decían: Es Elías. Y decían otros: Es un profeta, como uno de los profetas antiguos(V). 16 Y al oír esto Herodes, decía: Juan, a quien yo decapité, ha resucitado. 17 Porque Herodes mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe(W), pues Herodes se había casado con ella. 18 Porque Juan le decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano(X). 19 Y Herodías(Y) le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo(Z), y lo mantenía protegido. Y cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo[l]. 21 Pero llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete(AA) a sus nobles y comandantes[m] y a los principales de Galilea(AB); 22 y cuando la hija misma de Herodías(AC) entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban[n] a la mesa con él; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras y te lo daré. 23 Y le juró: Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino(AD). 24 Ella salió y dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le respondió: La cabeza de Juan el Bautista. 25 Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición[o], diciendo: Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. 26 Y aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de sus juramentos y de los que se sentaban[p] con él a la mesa, no quiso desairarla. 27 Y al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan[q]. Y él fue y lo decapitó en la cárcel, 28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. 29 Cuando sus discípulos oyeron esto, fueron y se llevaron el cuerpo y le dieron sepultura[r].

Alimentación de los cinco mil

30 Los apóstoles(AE) se reunieron* con Jesús, y le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado(AF). 31 Y Él les dijo*: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco. (Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer(AG).) 32 (AH)Y se fueron en la barca a un lugar solitario, apartado(AI). 33 Pero la gente los vio partir, y muchos los reconocieron y juntos corrieron allá a pie de todas las ciudades, y llegaron antes que ellos. 34 Al desembarcar[s], Él vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor(AJ); y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Y cuando era ya muy tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: El lugar está desierto y ya es muy tarde; 36 despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y se compren algo de comer[t]. 37 Pero respondiendo Él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Y ellos le dijeron*: ¿Quieres que vayamos y compremos doscientos denarios[u](AK) de pan y les demos de comer(AL)? 38 Y Él les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Id y ved. Y cuando se cercioraron le dijeron*: Cinco, y dos peces. 39 Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta. 41 Entonces Él tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, los bendijo, y partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran[v](AM); también repartió los dos peces entre todos. 42 Todos comieron y se saciaron. 43 Y recogieron doce cestas llenas de los pedazos(AN), y también de los peces. 44 Los que comieron los panes eran cinco mil hombres(AO).

Jesús anda sobre el mar

45 (AP)Enseguida hizo que sus discípulos subieran a la barca(AQ) y fueran delante de Él al otro lado, a Betsaida(AR), mientras Él despedía a la multitud. 46 Y después de despedirse de ellos(AS), se fue al monte a orar(AT). 47 Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y Él estaba solo en tierra. 48 Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia[w] de la noche(AU), fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo. 49 Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; 50 porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida Él habló con ellos y les dijo*: ¡Tened ánimo(AV); soy yo, no temáis(AW)! 51 Y subió con ellos a la barca(AX), y el viento se calmó; y ellos estaban asombrados en gran manera, 52 porque no habían entendido lo de[x] los panes, sino que su mente estaba embotada[y](AY).

Jesús en Genesaret

53 (AZ)Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret, y atracaron. 54 Cuando salieron de la barca, enseguida la gente reconoció a Jesús[z], 55 y recorrieron apresuradamente toda aquella comarca, y comenzaron a traer a los enfermos en sus camillas adonde oían decir que Él estaba. 56 Y dondequiera que Él entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y le rogaban que les permitiera tocar(BA) siquiera el borde de su manto(BB); y todos los que lo tocaban quedaban curados[aa].

Footnotes

  1. Marcos 6:2 Lit., estas
  2. Marcos 6:2 O, hechos poderosos
  3. Marcos 6:3 O, Santiago
  4. Marcos 6:5 O, hecho poderoso
  5. Marcos 6:8 O, mochila, o, bolsa
  6. Marcos 6:9 I.e., ropas interiores
  7. Marcos 6:10 Lit., de allí
  8. Marcos 6:11 Lit., de debajo
  9. Marcos 6:12 O, proclamaban
  10. Marcos 6:14 Lit., oyó
  11. Marcos 6:14 Lit., su nombre
  12. Marcos 6:20 Lit., y con gusto le oía
  13. Marcos 6:21 Gr., quiliarcas; i.e., oficiales militares romanos al mando de mil soldados
  14. Marcos 6:22 Lit., se reclinaban
  15. Marcos 6:25 Lit., y pidió
  16. Marcos 6:26 Lit., de los que se reclinaban
  17. Marcos 6:27 Lit., él
  18. Marcos 6:29 Lit., lo pusieron en una tumba
  19. Marcos 6:34 Lit., Al salir
  20. Marcos 6:36 Lit., que coman
  21. Marcos 6:37 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
  22. Marcos 6:41 Lit., pusieran delante
  23. Marcos 6:48 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  24. Marcos 6:52 Lit., sobre
  25. Marcos 6:52 Lit., corazón...endurecido
  26. Marcos 6:54 Lit., le reconoció
  27. Marcos 6:56 Lit., salvados