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Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas(A), diciendo: «El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[a] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[b] cayó entre[c] espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[d] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta(B). El que tiene oídos[e], que oiga(C)».

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, dijeron a Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?». 11 Jesús les respondió: «Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido(D). 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(E). 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden(F).

14 »Y en[f] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

(G)Al oír, ustedes oirán, pero no entenderán;
Y viendo verán, pero no percibirán;
15 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible,[g]
Y con dificultad oyen con sus oídos;
Y han cerrado sus ojos;
De otro modo, verían con los ojos,
Oirían con los oídos,
Y entenderían con el corazón,
Y se convertirían,
Y Yo los sanaría(H)”.

16 »(I)Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. 17 Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron(J); y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 »(K)Ustedes, pues, escuchen la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino(L) y no la entiende, el maligno viene(M) y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, este es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que solo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida se aparta de ella(N). 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo[h](O) y el engaño de las riquezas(P) ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, este es el que oye la palabra y la entiende; este sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta por uno(Q)».

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos(R) puede compararse a[i] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[j] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[k] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿Cómo[l], pues, tiene cizaña?”. 28 Él les dijo: “Un enemigo[m] ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quiere, usted, que vayamos y la recojamos?”. 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: ‘Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo recójanlo en mi granero(S)’”».

Parábola del grano de mostaza

31 Otra parábola les contó Jesús: «(T)El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza(U), que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas(V)».

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: «(W)El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas (39 litros) de harina hasta que todo quedó fermentado(X)».

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola(Y), 35 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo:

«Abriré Mi boca en parábolas;
Hablaré de cosas ocultas desde la fundación del mundo(Z)».

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces Jesús dejó a la multitud y entró en la casa(AA). Y se acercaron Sus discípulos, diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo(AB)». 37 Jesús les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre(AC), 38 y el campo es el mundo; la buena semilla son[n] los hijos del reino(AD), y la cizaña son los hijos(AE) del maligno(AF); 39 el enemigo que la sembró es el diablo, la siega es el fin[o] del mundo[p](AG), y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[q] del mundo[r](AH).

41 »El Hijo del Hombre(AI) enviará a Sus ángeles(AJ), y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo[s] y a los que hacen iniquidad(AK); 42 y los echarán en el horno de fuego(AL); allí será el llanto y el crujir de dientes(AM). 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol(AN) en el reino de su Padre. El que tiene oídos[t], que oiga(AO).

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 »El reino de los cielos(AP) es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene(AQ) y compra aquel campo.

45 »El reino de los cielos(AR) también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 »El reino de los cielos(AS) también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase. 48 Cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[u], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[v] del mundo[w](AT); los ángeles saldrán, y sacarán[x] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego(AU); allí será el llanto y el crujir de dientes(AV).

Parábola del dueño de casa

51 »¿Han entendido ustedes todas estas cosas?». «Sí», le dijeron* ellos. 52 Entonces Jesús les dijo: «Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[y] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas».

Jesús enseña en Nazaret

53 Sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí(AW). 54 (AX)Y llegando a Su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos(AY), de tal manera que se maravillaban(AZ) y decían: «¿Dónde obtuvo Este tal sabiduría y estos poderes milagrosos[z]? 55 ¿No es Este el Hijo del carpintero? ¿No se llama Su madre María, y Sus hermanos(BA) Jacobo[aa], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas Sus hermanas(BB) con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo Este todas estas cosas?».

57 Y se escandalizaban a causa de Él(BC). Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa(BD)». 58 Y no hizo muchos milagros[ab] allí a causa de la incredulidad de ellos.

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Footnotes

  1. Mateo 13:5 Lit. Y otras.
  2. Mateo 13:7 Lit. Y otras.
  3. Mateo 13:7 Lit. sobre los.
  4. Mateo 13:8 Lit. Y otras.
  5. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír.
  6. Mateo 13:14 O para.
  7. Mateo 13:15 Lit. se ha engrosado.
  8. Mateo 13:22 O siglo.
  9. Mateo 13:24 Lit. fue comparado con.
  10. Mateo 13:25 I.e. planta gramínea muy parecida al trigo.
  11. Mateo 13:26 Lit. la hierba.
  12. Mateo 13:27 Lit. De dónde.
  13. Mateo 13:28 Lit. Un hombre enemigo.
  14. Mateo 13:38 Lit. estos son.
  15. Mateo 13:39 Lit. la consumación.
  16. Mateo 13:39 O siglo.
  17. Mateo 13:40 Lit. la consumación.
  18. Mateo 13:40 O siglo.
  19. Mateo 13:41 O todo lo que ofende.
  20. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír.
  21. Mateo 13:48 O vasijas.
  22. Mateo 13:49 O la consumación.
  23. Mateo 13:49 O siglo.
  24. Mateo 13:49 O separarán.
  25. Mateo 13:52 Lit. a un hombre.
  26. Mateo 13:54 O milagros.
  27. Mateo 13:55 O Santiago.
  28. Mateo 13:58 O muchas obras de poder.

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.

Propósito de las parábolas

(Mr. 4.10-12; Lc. 8.9-10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 11 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.(A) 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:

De oído oiréis, y no entenderéis;

Y viendo veréis, y no percibiréis.

15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,

Y con los oídos oyen pesadamente,

Y han cerrado sus ojos;

Para que no vean con los ojos,

Y oigan con los oídos,

Y con el corazón entiendan,

Y se conviertan,

Y yo los sane.(B)

16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.(C)

Jesús explica la parábola del sembrador

(Mr. 4.13-20; Lc. 8.11-15)

18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Parábola de la semilla de mostaza

(Mr. 4.30-32; Lc. 13.18-19)

31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Parábola de la levadura

(Lc. 13.20-21)

33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

El uso que Jesús hace de las parábolas

(Mr. 4.33-34)

34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;

Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.(D)

Jesús explica la parábola de la cizaña

36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

El tesoro escondido

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

La perla de gran precio

45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

La red

47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; 48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Tesoros nuevos y viejos

51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. 52 Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús en Nazaret

(Mr. 6.1-6; Lc. 4.16-30)

53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí. 54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.(E) 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

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23 (A)Llamándolos junto a Él, Jesús les hablaba en parábolas(B): «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás(C)?

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23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?

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Les enseñaba muchas cosas en parábolas(A), y les decía en Su enseñanza:

«Escuchen: El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra. Pero cuando salió el sol, se quemó, y por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose, dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno». Y añadió: «El que tiene oídos para oír, que oiga(B)».

Explicación de la parábola

10 Cuando Jesús se quedó solo, Sus seguidores[a] junto con los doce le preguntaban sobre las parábolas. 11 «A ustedes les ha sido dado el misterio del reino de Dios», les decía, «pero los que están afuera(C) reciben todo en parábolas(D); 12 para que viendo, vean pero no perciban, y oyendo, oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados(E)».

13 (F)También les dijo*: «¿No entienden esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderán todas las otras parábolas? 14 El sembrador siembra la palabra. 15 Estos que están junto al camino donde se siembra la palabra, son aquellos que en cuanto la oyen, al instante viene Satanás(G) y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos. 16 Y de igual manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz profunda en sí mismos, sino que solo son temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se apartan de ella[b]. 18 Otros son aquellos en los que se sembró la semilla entre los espinos; estos son los que han oído la palabra, 19 pero las preocupaciones del mundo[c], y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril(H). 20 Y otros son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno(I)».

21 También Jesús les decía: «¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero(J)? 22 Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz(K). 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga(L)».

24 Además les decía: «Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá(M), y aun más se les dará. 25 Porque al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(N)».

Parábola del crecimiento de la semilla

26 Jesús decía también: «El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra(O), 27 y se acuesta[d] de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe. 28 La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro[e] en la espiga. 29 Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete[f] la hoz(P), porque ha llegado el tiempo de la siega».

Parábola del grano de mostaza

30 (Q)También Jesús decía: «¿A qué compararemos el reino de Dios(R), o con qué parábola lo describiremos? 31 Es como un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra, 32 sin embargo, después de sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra(S)».

33 Con muchas parábolas como estas Jesús les hablaba la palabra, según podían oírla; 34 y sin parábolas[g](T) no les hablaba, pero lo explicaba(U) todo en privado a Sus propios discípulos.

Jesús calma la tempestad

35 (V)Ese mismo día, caída ya la tarde, Jesús les dijo*: «Pasemos al otro lado». 36 Despidiendo[h] a la multitud, lo llevaron* con ellos en la barca(W), como estaba; y había otras barcas con Él. 37 Pero se levantó* una violenta tempestad[i], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya la barca se llenaba de agua. 38 Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces lo despertaron* y le dijeron*: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».

39 Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: «¡Cálmate[j], sosiégate[k]!». Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma(X). 40 Entonces les dijo: «¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe(Y)?».

41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar le obedecen?».

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Footnotes

  1. Marcos 4:10 Lit. los que estaban a su derredor.
  2. Marcos 4:17 Lit. se les hace tropezar.
  3. Marcos 4:19 O siglo.
  4. Marcos 4:27 Lit. Y duerme.
  5. Marcos 4:28 O lleno.
  6. Marcos 4:29 Lit. envía.
  7. Marcos 4:34 Lit. sin una parábola.
  8. Marcos 4:36 Lit. Dejando.
  9. Marcos 4:37 Lit. tempestad de viento.
  10. Marcos 4:39 Lit. Calla.
  11. Marcos 4:39 Lit. enmudece.

Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

10 Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. 11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.(A) 13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y estos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. 18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20 Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Nada oculto que no haya de ser manifestado

(Lc. 8.16-18)

21 También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?(B) 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.(C) 23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido,(D) y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.(E)

Parábola del crecimiento de la semilla

26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; 27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.

Parábola de la semilla de mostaza

(Mt. 13.31-32; Lc. 13.18-19)

30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? 31 Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; 32 pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.

El uso que Jesús hace de las parábolas

(Mt. 13.34-35)

33 Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.

Jesús calma la tempestad

(Mt. 8.23-27; Lc. 8.22-25)

35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

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